Miguel Romero

Miguel Romero


Cuando San Antón se instaló en Cuenca (I)

19/01/2022

En este mes de enero, fecha del 17, se conmemora la festividad de San Antonio Abad, vulgo San Antón, patrón de los animales. En Cuenca, este santo tiene mucho abolengo, sobre todo devoción contenida por barrio, solera y tiempo.
Sería el siglo XIV el momento inicial de la llegada de los Antoneros que levantarían Hospital. (Datos extraídos del excelente trabajo del profesor Pedro Miguel Ibáñez).
En este siglo, consta en la nota 2ª del 6.301, que el año 1352 se establecerán extramuros de Cuenca, junto al puente sobre el río Júcar, los religiosos hospitalarios de San Antonio Abad, instituidos en el año 1095. La comunidad se componía del comendador, que era sacerdote y de unos cuantos legos, que atendían la casa y recogían limosnas de pueblo en pueblo. Duraron hasta la bula de su extinción, dada por Pío VI y ejecutada por el Obispo Solano el 22 de mayo de 1791, quien secularizó en presencia de toda la ciudad a los cuatro únicos legos que en el convento había.
Se dice que fundaron el Hospital de asistencia al lado de la ermita de Nuestra Señora de la Puente y que las puertas de acceso estaban separadas ambas.
Ahora viene una parte muy interesante de la historia de la ciudad de Cuenca. ¿Cuándo y cómo se origina este singular barrio que tendrá varios nombres: Del Puente, de San Jorge, de San Lázaro y/o de San Antón?
Cuando Van Wyngaerde ilustra la ciudad (siglo XVI), ya aparece citado este barrio como tal, teniendo una estructura lineal que va desde el puente del Canto hasta lo que luego llamaremos la Fuente Santa donde se ubicará más tarde el convento de la Merced. Desde el río Júcar como límite se encarama en la ladera del llamado cerro del Rey de la Majestad. Desde la ermita que hoy es iglesia de la Virgen de la Luz donde estaría ubicado el hospital de los antoneros hasta la parte que se sitúa detrás del alfar de Pedro Mercedes donde se hallaría el Hospital de San Lázaro, con derivaciones callejeras que se irán ubicando paulatinamente de abajo hacia arriba.
Pero tendríamos que ir a su origen y nos llevaría a la Baja Edad Media, paralela la acción al desarrollo del hospital de los antoneros y la ermita de Nuestra Señora de la Puente.
Sería por tanto, en ese siglo XIV anteriormente citado, el momento en que la ciudad histórica se quiere alargar y al estirarse en el llamado Barrio Nuevo, saliendo de la Puenseca y puerta de Huete hacia el cerro de Santiago, también se empieza a alargar hacia el puente del Canto. Eso no querrá decir que antes de este momento, no exista alguna casa ubicada en este lugar próximo a la ermita donde molineros pudieran vivir.
Buen comienzo que nos deja con «la miel en los labios», por tanto, seguiremos con ello en la siguiente columna.