Antonio Herraiz

DESDE EL ALTO TAJO

Antonio Herraiz


El 90% no se fía de Darias

04/06/2021

Tezanos: toma nota. No vas a hacer una encuesta más pegada a la realidad en todo el tiempo que te queda al frente del CIS, que, por otro lado, esperemos que no sea mucho. La decencia de ese centro lo agradecerá. «Más del 90% de los españoles no se fía de las recomendaciones sanitarias de su propio Gobierno». El sondeo se ha centrado en una muestra de más de 200.000 españoles, entre policías, guardias civiles, profesores y bomberos. Todos tienen menos de 60 años y desde la semana pasada han recibido ya una segunda dosis de la vacuna que algunos esperaban desde febrero. La primera fue de AstraZeneca y, en una jugada maravillosa, Sanidad les dijo que, en la segunda, mezclaran con Pfizer. No les explicó los motivos científicos y lo fio todo a un estudio apresurado con una muestra de medio millar de voluntarios al que se agarraron para desoír las recomendaciones de la Agencia Europea del Medicamento y la ficha técnica de la propia farmacéutica. ¿Resultado? En Madrid, el 95% se ha decantado por repetir con la vacuna del mismo laboratorio. En Andalucía ha seguido el patrón el 96%, un 97% en Castilla y León y un 87% en Baleares.
Viendo el resultado, después de culpar a los medios de comunicación de llevar a estos profesionales esenciales a una irresponsabilidad extrema, Sanidad vuelve a dar un golpe sobre la mesa. No es que su mensaje no haya calado. Es que han quedado en la más absoluta evidencia después de poner la segunda dosis a 213.093 personas, dato del miércoles al que hay que añadir unos 30.000 al día. ¿Qué puede hacer ahora? Insistir en las bondades de combinar con Pfizer y recordar que otros países también lo hacen, obviando tanto a los que han mantenido lo contrario como a las autoridades sanitarias que han dado por bueno completar la pauta con el mismo fármaco: si empiezas con ron acabas con ron.
Lejos de la falta de una gestión eficaz, el plan avanza extraordinariamente bien y en agosto el 70% de los españoles estaremos inmunizados. El Gobierno se colocará la medalla como buen repartidor y a los más despistados les venderá que las vacunas se fabricaron un día en Moncloa, cuando Iván Redondo empezó a poner las pegatinas a las cajas. En realidad, se limitó a distribuirlas, para que las comunidades autónomas las dosificaran a su criterio y siempre con el trabajo inconmensurable de los profesionales de enfermería.
Esta semana he conocido a Jorge Prieto, un criminólogo de origen leonés que ejerce como enfermero del SUMMA 112 de Madrid. «Dicen que el humor es la llave contra el miedo. Y aquí estoy yo, intentando con humor acercarme a todas esas personas que vienen a vacunarse, que, junto con el apoyo de mis compañeros, ayudamos a quitar el miedo que tienen». Y a los que acuden a vacunarse, les suelta un monólogo lleno de talento que no tiene nada que envidiar a los de Leo Harlem. «Es que mire, yo dentro de 21 días exactos me voy justo de vacaciones porque tengo ya los billetes comprados para Hawái». Él mismo responde: «Lo primero, disfrutad de Hawái que tiene que ser espectacular. Lo segundo, quedarse con mi cara para llevarme. Tercero, y mucho más importante, por favor cambiemos la cita. ¿Cómo? En el mensaje cuando le llega viene el teléfono de gestión de citas». Darias, aprende. Ha hecho más este enfermero por la tranquilidad de los que van a vacunarse que la ministra en todas las comparecencias juntas. La conclusión es evidente: el 90% no le ha hecho ni caso.