Pocas señales quedan ya de las pasadas fiesta navideñas que cada uno, según su propio criterio, ha disfrutado de una manera u otra. La verdad es que hemos tenido una oferta amplísima tanto por parte de nuestro ayuntamiento como por parte de instituciones y hermandades. Alguna vez hemos dicho que nuestras queridas hermandades nos proporcionan una magnífica excusa para salir a la calle a pesar del frío invernal. Cifra la Junta de Cofradías en 54.000 las visitas realizadas a la ya necesaria ruta de belenes, signo evidente de que Cuenca sigue celebrando estas fiestas cumpliendo las liturgias heredadas desde tiempos pasados. Buenas noticias ambas, el número de visitas y el mantenimiento de nuestra tradición belenística. Pero como todo lo bueno se acaba, una vez concluido el pasado fin de semana que reservamos para que niños y no tan niños disfrutaran de lo repartido por Sus Majestades, retomamos la rutina semanal. Vamos, que como decía mi madre, cada mochuelo a su olivo. Y mientras que procedemos a tomar posesión de nuestro lugar en las ramas de tan mediterráneo árbol esperamos que Cuenca vuelva a celebrar su día en Fitur, previsto para el próximo 21, para conocer las más de doscientas actividades previstas para celebrar la capitalidad gastronómica que ostentaremos durante este año, dándonos razones para vaciar nuestras exiguas carteras con el fin de participar en el evento del año. Si se cumplen las previsiones vamos a disfrutar casi de cuatro actividades semanal lo que, ciertamente, está muy bien.  Pero, claro, la vida de la ciudad continua a pesar de las celebraciones festivas y aquí estamos, esperando a porta gayola este año recién nacido que traerá, sin lugar a dudas, muchísimas novedades a la capital conquense. Esperemos que sean todas para bien y no nos ocurra como al conductor del vídeo viral de las últimas semanas. Quizá sea toda una alegoría de la vida misma, desde luego. ¿Sería un despiste? ¿Se le acabó la pila al GPS? ¿ Un…por mis narices que bajo? Lo que está claro es que la imagen de un vehículo bajando una escalera entre la calle de Pajú y Cuatro Caminos (o four roads por ser más cool) está generando todo tipo de comentarios divertidos y sorprendentes viralizándose como una de las imágenes de este año. Quizá sea un vecino probando nuevas rutas para respetar la zona de bajas emisiones que se instalará, si todo va bien, a mediados del próximo año. O un anuncio de amortiguadores…El caso es que puede usarse como metáfora de lo que los conquenses solemos pedir a principio de año y cómo se desarrolla el mismo. Como aquel chiste sobre lo que pides a una grandísima empresa china y lo que te llega a tu casa. De todas maneras, nos esperan unos meses interesantes hasta los próximos comicios en los que veremos cómo cristalizado lo prometido y cómo se llenan páginas y páginas de lo que se hará durante la próxima legislatura. Así que nada, a por el café matutino y ale, al lío.