Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


La presión

29/07/2021

Kylian Mbappé es un muchacho con un don para jugar a fútbol. De esta primera frase, lo de «don» le convierte en una figura planetaria, pero si perdemos de vista lo de «muchacho» estaremos cometiendo el error más grave que podemos cometer como espectadores, como aficionados, como entendidos, como analista... Cuando Mbappé caminaba hacia el esférico en las semifinales de la pasada Eurocopa para tirar el último penalti ante Italia, la frase «si fallo estamos eliminados» le estalló en el cerebro como una bala expansiva. De una forma irracional, hay tuercebotas capaces de mantener la calma y figuras planetarias que se vienen abajo: la cabeza es un universo en sí misma, indescifrable, y alberga mil enfermedades a las que todavía no hemos puesto nombre. Algunas sí lo tienen: estrés, depresión, ansiedad… Pero otras están ahí, cobijadas detrás de un «no sé qué me pasa» y relacionadas íntimamente con esos «muchachos» en el más alto de los escalones del deporte de elite. ¿Por qué un jugador físicamente capaz de tirar 99 de 100 penaltis cerca de la escuadra tira tan mal (y falla) a la hora de la verdad? La frase «a veces siento que tengo el peso del mundo sobre mis hombros» fue una de las más potentes en la magistral conferencia de prensa de la gran Simone Biles, renunciando 'motu proprio' a competir. Verte superado por la presión puede ser algo coyuntural, sí, como fallar un penalti porque tenías miedo a fallarlo… pero también algo estructural: «Ya no confío tanto en mí misma», fue la segunda de las grandes frases de la gimnasta. El miedo al error, la angustia que atenaza el cuerpo, la inabarcable incertidumbre donde antes sólo había certezas (yo lo meto, yo lo clavo, yo no fallo) están mucho más presentes en el deporte profesional de lo que vemos y de lo que pensamos. Parar para tomar distancia es lo mínimo que debemos permitir a todas estas estrellas que nos alegran la vida.