Rafael Torres

FIRMA SINDICADA

Rafael Torres

Periodista y escritor


Abascal y la gasolina

29/07/2021

Tal vez Santiago Abascal suponía que por su actuación en los días terribles que se vivieron en Ceuta cuando Marruecos ensayó contra ella su amago de Marcha Verde, por el desierto del mar en esa ocasión, le iban a erigir en la ciudad española del norte de África un monumento. Su perplejidad ha debido ser enorme al ver que en vez de una estatua, le han puesto la condición de indeseable, que tal es lo que significa la declaración institucional de "persona non grata" que aprobó hace unos días la Asamblea de Ceuta.

Abascal llegó con su lata de gasolina al incendio de la crisis migratoria dispuesto a salvar Ceuta, pero Ceuta ha preferido salvarse de Abascal. Señalar como "quintacolumnista" y "promarroquí" a la mitad de la población ceutí por sus apellidos y su religión no debió entusiasmar a una sociedad multicultural que se enorgullece, y con razón, de su maestría en el arte de la convivencia entre judíos, musulmanes, ateos y cristianos, todos ellos españoles y ninguno más que otro. Que llegaran de la Península unos pichis a insultar no podía, en puridad, sino provocar la reacción institucional que ha provocado, bien que gracias, en buena medida, a la actuación de uno de los pocos dirigentes del PP con sentido de Estado, el presidente de la ciudad, Juan Jesús Vivas.

Aquellas dos visitas de Abascal a Ceuta en los días más trágicos para la ciudad desde el Golpe del 36 y su estela de crímenes, no concluyeron, sin embargo, cuando el líder de Vox se marchó en buena hora, pues quedó en la plaza un subordinado suyo, portavoz del partido en la Asamblea, que no ha dejado de reproducir desde entonces, y de forma harto macarra, los ecos de tan malhadadas visitas. El personaje, que atiende al nombre de Carlos Verdejo y es profesor de Gimnasia o como se llame ahora la Gimnasia, no sólo ha ido incendiando los plenos de la Asamblea con la cantinela del quitacolumnismo y sus acusaciones a la mitad de los ceutíes de connivencia con el reino alauita, sino que ha acusado a las "parturientas marroquíes" de colapsar la Sanidad y a las autoridades de querer escolarizar a los chicos sin patria y sin rumbo que vagan por las calles. Vox, que al parecer se negó a adherirse a la declaración institucional, suscrita por todos los partidos de la Asamblea, que afirmaba Ceuta como parte indisoluble de España, está muy dolido con lo que le han hecho a su Jefe, un expediente de "persona non grata" en vez de un monumento parecido al de Eloy Gonzalo, el Héroe de Cascorro, que corona el Rastro madrileño: una tea en la mano y una lata de gasolina atada a la cintura.