Jesús Fuero

TERCERA SALIDA

Jesús Fuero


El mayor escándalo

11/04/2022

El libro más importante para el bisabuelo que me tuvo en brazos se llamaba Camino recto y seguro para llegar al cielo, libro que conseguí y que llenó de ilusión y alegría a sus nietas cuando se lo ofrecí. Él nunca se entretuvo con la política, su mundo fue el de Las mil y una noches. Él era un pobre resinero, y fácil fue para él no buscar refugio en el dinero, aunque trabajó mucho para poder dar de comer a los hijos de sus tres mujeres. Su refugio no estaba en tabernas, ni en placeres mundanos imposibles para él, su refugio fue el libro del padre Claret, un altar presidido por Santiago Matamoros y una virgen. Ese altar fue destruido por los simpatizantes políticos, ignorantes, de mi otro bisabuelo que siendo alcalde quizá lo pudo impedir. No sé. El primero penó mucho en vida y quiso morir despierto, veía en la muerte la consumación de sus anhelos y le abrió los brazos al verla llegar. El otro penaría como todos, aunque no se notara, pero intentó disfrutar hasta el último día de los placeres de la vida, y de las dueñas, y según me dijeron tuvo tiempo de arrepentirse ante el sacerdote poco antes de morir, también en paz. 
Es Semana Santa todavía hay muchos siguen entender que se celebra, aunque precesionen, cuando los creyentes se recrean en la misericordia del único Dios y en su hijo, él que antes de morir también se sintió desamparado. Escándalo para las gentes siempre ha sido que tengamos por líder, por querido y admirado, alguien que murió humillado y clavado en una cruz. Uno de mis antepasados solo se sintió libre ante el sagrario, y siendo su vida un calvario llevó la cruz lo mejor que pudo siguiendo los consejos del padre Claret. El otro se sintió libre en el gozo del placer y en el ejercicio de su autoridad y picardía para conseguir unos fines más mundanos. Escándalo es que la misericordia en la hora de la muerte a los dos alcanzase. En las cruces de un cerro de San Antón juntos están representados el Salvador, un pecador arrepentido y ¿nosotros? 
    Vemos que nuestros dirigentes nos tratan con indiferencia, que su corazón parece no sufrir con las desgracias que ellos en parte han propiciado a su pueblo, que hoy parece volver a la posguerra que vivieron mis bisabuelos. La muerte y la destrucción la están poniendo otras guerras, y la reconstrucción de este país será tarea que deberán acometer nuestros descendientes por la falta de ética de unos gobernantes corruptos que han hecho de la política una fuente de ingresos, pero de no de servicio y ejemplaridad. Uno de mis ancestros tras perseguir a enemigos políticos y gozar de placeres prohibidos sintió la necesidad de pedir perdón, pues persiguiendo el placer se encadeno al sufrimiento y poco antes de morir se hizo unas preguntas, y no se quiso ir sin probar la misericordia divina. El otro sufrió en su carne los sinsabores de la pobreza, y el daño de otros miserables como él que añadieron más dolores innecesarios a su menesterosa vida pensando que se rendiría. En un libro el refugio, en la meditación y el rezo la paz de cada día. Los causantes de su mal no sabían que las cruces que sobre él cargaron era lo que le dio vida, y a mí también me cuesta mucho entender que nunca buscará resarcimiento entre sus malhechores. Y ahora que llega Semana Santa parece decirnos a todos "perdónalos porque no saben lo que hacen".