Javier Caruda de Juanas

Javier Caruda de Juanas


'Eppur si mueve'

06/05/2021

Parece que, por fin, tras meses sin poder traspasar las intangibles barreras autonómicas, ésta va a ser la última columna que comparta con ustedes bajo esta recomendación. La verdad es que ya no recuerdo la última vez que pudimos salir de la región de una manera más o menos libre. No sé si esta decisión ha sido buena, mala o regular, tampoco me toca a mí enjuiciarla más allá de la opinión que todos y cada uno tenemos al respecto. Toca ahora navegar (y sobrevivir) entre las múltiples normas adoptadas por cada una de las comunidades autónomas. Una de las consecuencias claras de esta medida es el más que probable incremento en el flujo de visitantes que acoge nuestra ciudad. Y eso, sin lugar a dudas, va a permitir darle un empujón a sectores que llevan sufriendo meses el varapalo económico de esta maldita pandemia.

Pero antes de esta apertura habría convenido tocar a zafarrancho y realizar una puesta en orden general. Vamos, lo que cada uno hacemos en casa cuando sabemos que tenemos visita. Nos empeñamos en tener las habitaciones limpias y ordenadas, los cristales transparentes y la nevera llena, por si acaso, con el fin de acoger con las mejores de nuestras galas a aquellos que vienen a compartir con nosotros tertulia y café.

Y es que simplemente dando un paseo por algunos de los rincones capitalinos vemos que se podrían hacer determinadas intervenciones, con un coste no muy elevado, que transmitirían esa idea del cuidado de los detalles.

Voy a ponerles varios ejemplos. Seguro que más de uno, aprovechando el buen tiempo que se anuncia desde hoy hasta el domingo, paseará por la Hoz del Júcar. Ahí, donde se juntan los dos ríos, la imagen de un ganchero se convierte en notario de la realidad paseante. Pero eso solo si eres de Cuenca porque si eres de más allá de la Tórdiga o de Cabrejas seguramente te sorprenda la figura de un hombre con un gancho. ¿Será un guiño a la mitología local? ¿Es el homenaje merecido a algún oficio local ya perdido? Desde el desconocimiento, debe ser pequeño el esfuerzo para instalar algo que nos informe sobre lo que representa, quién es el autor de la obra, año de la misma…vamos, un poco de información. Y si ya le ponemos iluminación y completamos el palo del gancho, dejaríamos un rincón perfecto.

Pero suban, suban. Junto al castillo encontramos el edificio dedicado al Archivo Histórico Provincial cuya puerta custodia la egregia figura de Fray I uis de Leo. Sí, han leído bien. ¿Costaría mucho completar el nombre del homenajeado, Fray Luis de León? No sé, es cuestión de esos pequeños detalles que transmiten el cuidado y el mimo hacia una ciudad. Vamos, ¿se imaginan preparar tu casa para la visita de tus familiares y dejar sin limpiar el polvo del televisor? Pues lo mismo.

Siempre nos quejamos argumentando la dificultad para mejorar la ciudad, la sensación de que todo es inamovible, pues bien, cuidando estas pequeñas cosas podríamos decir aquella frase atribuida a Galileo: Eppur si muove.