José Manuel Patón

LA PLUMA CONTRA LA ESPADA

José Manuel Patón


Irene Montero y el amoniaco

01/02/2023

El típico chiste de cuando éramos pequeños en el que se examinaba en un examen oral un chico y le preguntaban por el amoniaco y contestaba que era un líquido que tenía muy buen olor. El examinador manda al bedel que traiga un bote de amoniaco y se lo da al chico a oler y contesta el chico ante toda evidencia ¡pues a mí me gusta!
Eso le ha pasado a Irene Montero exactamente. Con la ley del Sí es Sí debajo del brazo han salido casi 400 delincuentes de delitos sexuales a la calle, rebaja propiciada por una ignorante en una ley en la que todos le habían dicho que no se podía promulgar porque rebajaba las penas. De momento el gobierno parecía que le iba a dar la razón, cerrando filas contra la opinión del Consejo General del Poder Judicial y todos los operadores de la maquinaria judicial que anunciaban las consecuencias de una ley pensada por un personaje que subió al banco azul por enchufe de su pareja. No había méritos de ninguna clase salvo el empujón del Iglesias que deja colocadas a sus parejas como 'premio' al haberlo sido, aunque ya no lo sean. Eso es generosidad por parte del de Podemos. Pero claro, la falta de preparación jurídica gasta esas bromas. La de Podemos, empecinada en que el olor del amoniaco es bueno, se pasaba el día alegando que los que tenían la culpa de una aplicación machista de la ley, -in dubio pro reo-, eran los jueces y los fiscales que según ella se habían aliado contra su 'ingenio' feminaudito. Resulta que después de muchos y muchos juzgados que aplicando según la más elemental técnica jurídica la propia ley, a pesar de las amenazas de la súper ministra, el gobierno se dio cuenta que no era una conspiración anti gubernamental, sino que todo procedía de una simple metedura de gamba de quien de torero se mete a albañil.
El gobierno, que tiene sus propios asesores distintos de la ministra, la dejó avanzar para poner en evidencia la diferencia entre Podemos y el PSOE, hasta que ya no tuvo más remedio que rectificar lo que era una metedura de pata de cabra del radicalismo feminista.
Pero la cagada ya estaba hecha. Aunque ahora rectifiquen la ley, la nueva rectificación solo operará contra los que comentan un delito a partir de la rectificación, pues los sentenciados o pendientes de juzgar antes de la chapuza van a seguir en fila india beneficiándose de la estupidez e ignorancia jurídica de quien se quiere poner una medalla sin méritos reales. La rectificación no va a tener efectos retroactivos, porque el código penal dice en su artículo 2.2 que «no obstante tendrán efecto retroactivo aquellas leyes penales que favorezcan al reo, aunque al entrar en vigor hubiera recaído sentencia firme y el sujeto estuviere cumpliendo condena». Si por lo menos la ministra supiera leer, y tuviera un mínimo de curiosidad por lo que pone el código penal, en vez de echarle la culpa a los cientos de jueces que han aplicado su propia ley según nuestro ordenamiento, y se hubiera leído un artículo tan claro como el nº 2 del Código, hubiera caído antes de meter la pata de las consecuencias de su empecinamiento. Y eso es lo que hay cuando dejamos a un mono con una metralleta.