Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


A la desesperada

19/05/2022

Muy desesperado debe andar Pedro Sánchez para cometer tantos errores de bulto. Muy malos deben ser los sondeos que manejan en Moncloa sobre las elecciones andaluzas, o sobre cuál sería el resultado de las generales si se celebrasen ahora, para que el presidente del Gobierno muestre una imagen tan distinta a la que debe tener un presidente del Gobierno que al menos debería mostrar respeto por las instituciones y por los servidores del Estado. Como por ejemplo los policías, que junto a la guardia civil han salvado a España de tantos indeseables, en algunos casos a costa de su vida, o han participado en acciones humanitaria de alto riesgo.

Que haya llamado "piolines" a los policías que malvivieron en un barco atracado en Barcelona, para intervenir ante una intentona golpista como la que preparaban los independentistas, es impropio de cualquier persona de bien, y más aún de un presidente de gobierno. Quizá, en esa falta de consideración a aquellos policías mal alojados, tiene que ver con que Sánchez se ha buscado como socios a aquellos que se sublevaron contra España, y ha aceptado algunas de sus exigencias a cambio del apoyo parlamentario.

No solo los sondeos dan motivo a Sánchez para mantener actitudes propias de quien no quiere reconocer que vive una situación desesperada. Las últimas horas deben ser una pesadilla para el presidente. No por la expulsión de una veintena de diplomáticos destinados en Rusia; al contrario, que Putin actúe contra alguien es un honor para ese alguien. Pero no es tan honroso en cambio que instituciones europeas y el Banco de España apunten que baja el PIB, se incrementa la deuda hasta límites insostenibles, el modelo de pensiones de Escrivá no se puede mantener, el crecimiento va a ser inferior al previsto y la inflación sigue subiendo.

Para encontrar consuelo, Pedro Sánchez y sus ad láteres sacan pecho y hacen sonar la fanfarria para celebrar que el jeque de Catar ha anunciado importantes inversiones en España y prometido suministro de gas y petróleo para los difíciles tiempos que se avecinan. Magnífica noticia, pero no estaría mal que el presidente reconociera que la generosidad del jeque con nuestro país se debe a que considera al Rey Felipe, como antes al rey Juan Carlos, como una persona a la que trata como si fuera de su propia familia. Y si D. Felipe le pide ayuda, como ha hecho, ahí está el jeque catarí para echar las manos que hagan falta.

Lo que tendría que tener en cuenta el presidente. Un Sánchez que sin embargo no llama al orden a su vicepresidenta Díaz y a los ministros de Podemos que no respondieron a la invitación de la Casa Real para sumarse a la recepción oficial del jeque en su visita de Estado.

No hay día, desgraciadamente, que el gobierno no nos dé motivos para dolernos de tanta ignorancia, falta de respeto, mentiras y presumir de medallas que no le corresponden.