Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Una indecencia

20/07/2019

Algunos dirán que se trata de una iniciativa propia del fascismo, otros que asemeja al tenebroso, inquietante y controlado mundo que describe Orwell. Sinceramente, lo que hace la ong subvencionada por la Generalitat que acude a los patios de colegio para realizar un informe sobre qué hablan los niños durante el recreo, es una indecencia. Con todas las letras.

Porque la libertad de los niños debe ser sagrada, tanto como la de los adultos o más; porque España, como país democrático, no puede permitir que en una parte de su territorio se utilicen métodos propios del soviet; porque un gobierno no puede facilitar fondos públicos a una organización que mantiene una actividad tan ilegal como es grabar a alguien sin la obligada autorización judicial, porque el castellano es una lengua oficial en Cataluña …. la lista de irregularidades, de delitos, cometidas por la ong que apadrina o al menos financia Quim Torra, es tan larga que no debería molestar a nadie que su actividad sea considerado miserable, indecente.

Pendientes de todo lo relacionado con el convulso mundo político, en el que la formación del futuro gobierno ha hecho aparecer lo peor de cada casa, ha quedado un poco fuera de foco lo que ocurre en una Cataluña que, para desgracia de los catalanes, sigue en manos de unos peripatéticos personajes que utilizan todas las males artes a su alcance para cumplir su objetivo, y que defienden esas malas artes con el argumentos de que la mitad de los catalanes son independentistas y por tanto hay que atender sus sentimientos. No es cierto que la mitad sean independentistas, ni siquiera la tercera parte, aunque sí es verdad que un número destacado de ciudadanos catalanes están a favor de que se celebre un referéndum, en el que quieren participar … para emitir su voto contrario a la independencia. Pero lo quieren , sobre todo, para poner fin a la ruptura social que hoy se sufre en esas provincias, que creen que remitiría si un referéndum demostrara cual es el alcance del independentismo. Lo que ocurre es que ese referéndum es ilegal mientras no cambie la Constitución, lo que deberían asumir quienes defienden la consulta desde la no independencia.

Pero ya no es solo el respaldo a un posible referendum lo inquietante, sino lo grave es lo que están haciendo los independentistas con su sociedad. Aparte de marginar, humillar, perseguir, descalificar, discriminar y agredir verbal y físicamente a quienes se declaran españoles, les espían de manera vergonzosa para averiguar qué hablan cuando no tienen encima el ojo inquisidor de profesores que, aleccionados por las autoridades, no permiten una palabra en castellano en sus clases. Por si acaso alguien se sale del redil, esa ong subvencionada por Torra envía a sus esbirros a los patios de recreo para comprobar si los niños se expresan en castellano o en catalán, y mandan a las alturas el informe correspondiente.

Es difícil caer más bajo.