En realidad, para equilibrar el efectismo del artículo, habría que escribir que una parte de España, la derecha en sus diferentes versiones, se manifiesta contra la parte de Cataluña que no quiere formar parte de España. Eso es lo que dicen. Pero si vemos la cuestión desde una óptica más grosera y nos atenemos a datos estrictamente técnicos, la manifestación del día 13 lo que expresa es que la derecha española se manifiesta contra un territorio español que se llama Cataluña. ¿Cómo debe ser ese territorio, según las derechas españolas, para que se considere España? ¿Podemos hacer tabla rasa de la Historia antigua y reciente de España para obtener una España unitaria y sin tensiones territoriales? ¿Qué les interesaba más a los manifestantes, Cataluña o desgastar al gobierno del señor Sánchez? ¿Se manifestarían las derechas contra Galicia, Andalucía, Extremadura o Castilla-la Mancha? Probablemente no. En esas Comunidades las derechas acopian votos cada vez que se convocan elecciones y en Cataluña y País Vasco, sin embargo, son poco o nada representativas. Es decir, las derechas españolas tienen problemas de representatividad en esos territorios y no aceptan que la izquierda intente resolver los conflictos que la ausencia de la derecha española provoca en esos lugares.
La ley electoral se configuró de tal manera que la derecha española puede gobernar España con apoyo testimonial en Cataluña y País Vasco. No así la izquierda, que si quiere gobernar en España, tiene que obtener una importante representación en ambos territorios. Si seguimos el hilo de este discurso entenderemos las intenciones de los mensajes que no se habrán explicitado en la manifestación del domingo, día 13 de junio. En esa concentración se invocará a la patria, se anunciará la ruptura de España, se llamara de todo al presidente de gobierno, como siempre ha hecho la derecha con otros presidentes socialistas, llámense como se llamen y dirá esas cosas que siempre dice la derecha: márchese del poder que ocupa porque nos pertenece. Y una novedad de la politóloga Ayuso, la apelación al rey para que se inmiscuya en los asuntos del gobierno. ¿Conocerá la Constitución la Sra. Ayuso y el papel de la monarquía en una democracia representativa?
Si recuerdan las dos elecciones recientes entenderán mejor lo que pasa. En Cataluña, hace unos meses, se celebraron elecciones. La derecha, que se manifestará el día 13, apenas obtuvo representación. El partido socialista resultó el ganador. Unos meses después se convocaron elecciones en Madrid que dieron una mayoría aplastante a las derechas madrileñas. No a todas las derechas por igual, es verdad. La derecha que representa Ciudadanos perdió votos hasta quedar en nada. El partido de inspiración fascista Vox, también bajó en votos y solo subió el PP que, en su versión trumpista hortera, consiguió casi llegar a la mayoría absoluta. El fracaso en Cataluña se enterró hasta hacer desaparecer el hecho de que en un territorio de España esa derecha carezca de representación. Un importante desequilibrio. El triunfo madrileño, sin embargo, se magnificó hasta tal punto que las elecciones de Madrid han impulsado la convocatoria de la manifestación del domingo, día 13. En esas estamos. Esa manifestación recuperará los mensajes de siempre cuando la derecha no gobierna: reclamará su pretendido derecho a ocupar el poder en España que legítimamente le quitaron los electores en las últimas elecciones. Sabemos que la excusa para esa manifestación son los indultos a los políticos condenados en Cataluña en tiempos de gobierno del PP. Sabemos que ERC, por su trayectoria histórica, no es de fiar como tampoco lo fue Pujol, siendo presidentes González o Aznar. Nos falta aprender a convivir con las estructuras descentralizadas que creó la Constitución.