Editorial

El Parlamento británico vuelve a jugársela a Boris Johnson con el Brexit

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Gran Bretaña está a punto de entrar en una parálisis administrativa a cuenta del Brexit, mientras el 31 de octubre, la fecha elegida por Boris Johnson para la salida de la UEse acerca inexorablemente. El Parlamento británico pone trabas a que la votación del Brexit se lleve a cabo. El presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, negó ayer la celebración de la votación del acuerdo del Brexit de nuevo. El speaker basa su decisión en la tradición parlamentaria de evitar la repetición de una misma propuesta vigente desde el año 1604.

De esta forma, el Parlamento impide a Boris Johnson que su acuerdo del Brexit, pactado ya con los miembros de la UE, pueda salir adelante de momento y los plazos temporales se acaban. En el otro lado de las negociaciones, los estados miembros de la Unión Europease encuentran sorprendidos -sobre todo después de las dos misivas de Johnson; en una pedía la extensión del plazo e iba sin firma y en la siguiente se ratificaba en el 21 de octubre como día de la salida de Gran Bretaña de la Europa comunitaria. Mientras la canciller alemana Angela Merkel no ve excesivos problemas para un nuevo aplazamiento, el presidente francés Enmanuel Macron se mantiene firme en el plazo ya establecido del próximo 31 de octubre.

Al premier Boris Johnson se le acaba el crédito. Después de ocho derrotas consecutivas en la Cámara del os Comunes, su ansiado Brexit parece alejarse, por lo menos en el corto plazo. Pero el dirigente inglés continúa erre que erre en su propósito, a pesar de que la oposición ciudadana a la salida de la UEaumenta cada día en el seno de Gran Bretaña.

En un principio, lo que los partidarios del Brexit vendían como un camino de rosas para la salida de la UE se convirtió en un camino de obstáculos burocráticos que, según la mayoría de los analistas, no podrá desembocar en el 31 de octubre. Sin embargo, la UEtampoco asegura que pueda aprobar un aplazamiento antes de final de mes, por lo que la situación se complica enormemente para un Gobierno que nunca ha sabido manejar los acontecimientos políticos.

La inseguridad de este momento histórico es tal que nadie se aventura a vaticinar lo que sucederá en estos 10 días. Lo que quedó claro, es que la división en el seno de Gran Bretaña es un hecho tanto de la clase política como de la ciudadanía. En la UE, parece que ya se da por hecho la salida de Gran Bretaña, por lo que habrá que preguntarse por la nueva situación. De momento, los índices económicos variarán y a buen seguro que las grandes potencias reclamarán una revisión de sus respectivas aportaciones. Entonces veremos en qué posición quedará España.