Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


Un olvido interesado

26/02/2021

Bien está lo que bien acaba si de lo que se trata es de poner fin a una anomalía como es el hecho de que el Consejo General del Poder Judicial se encuentre pendiente de renovación desde hace más de dos años, al igual que ocurre con otros órganos constitucionales. En estas ocasiones suele ocurrir que nada está acordado hasta que todo está acordado y el primer síntoma de que hay soluciones a la vista es el pacto sobre el próximo presidente de la Corporación RTVE, el catedrático José Manuel Pérez Tornero, y la elección de los miembros del Consejo de Administración que corresponde al Congreso, que no aliviará la politización de los medios públicos.    

Ahora bien, la negociación sobre el órgano de gobierno de los jueces va a poner de manifiesto la inconsistencia de la posición que ha mantenido el Partido Popular a lo largo de todos estos meses. El PP, tras el fiasco de los anteriores anuncios realizados puso tres condiciones para llegar al pacto, todas ellas relacionadas con un pretendido reforzamiento de la independencia de la justicia: la retirada del proyecto de cambio de mayorías para elecciones de los vocales, luego reducida a la imposibilidad de que el CGPJ realizara nombramientos mientras permanece en funciones; orillar a Unidas Podemos en las negociaciones para la elección de los vocales y, sobre todo, la vuelta al procedimiento de elección de los vocales por los propios jueces.  

Que el PP no ha conseguido sus propósitos esenciales es una evidencia. Finalmente habrá dos vocales del entorno de Unidas Podemos, como en anteriores CGPJ los había a propuesta de IU cedidos por la cuota del PSOE, de la misma forma que el partido que necesitaba el apoyo parlamentario de las minorías catalana y vasca les cedía algún puesto.  Que el acuerdo se materialice días después de la celebración de las elecciones del 14-F es una muestra más de que al PP le preocupaban más sus intereses partidistas que el cumplimiento del mandato constitucional, al que ya no tiene fechas ni excusas que anteponer.    

Y en cuanto al sistema de elección de los vocales,  el procedimiento que diseñó Alfonso Guerra y que supuso la muerte de Montesquieu, sigue vigente, y una vez más el PP, a la hora de la verdad, se olvida de su programa electoral que incluye su resurrección, sin que la llegue a forzar, a la espera de que el turnismo le lleve de nuevo al Ejecutivo y pueda controlar el órgano de gobierno de los jueces, no ya por la puerta de atrás, sino sin ningún miramiento, como ocurre en la actualidad, que está presidido por un ex alto cargo del ministerio de Justicia de cuando gobernaba el PP.  

En definitiva, se ha producido lo que desde Ciudadanos han calificado como un “cambio de cromos”, pero que responde al principio de que todos los poderes del Estado emanan de la representación popular frente a la elección corporativa por los jueces, un debate político y doctrinal que siempre permanecerá abierto. No obstante, los cambios legislativos para la elección de vocales del CGPJ no se pueden abordar en los momentos previos a su renovación, porque supone cambiar las reglas a mitad del partido. Si se quieren cambiar tendrán cinco años por delante para tratar de modificarlo. Pero es una apuesta sobre seguro que los populares se olvidarán de su reclamación… hasta que les interese desempolvarla.