Ángel Villarino

RATAS DE DOS PATAS

Ángel Villarino


‘Brexiting’

02/11/2019

Se suponía que el uno de noviembre había Brexit duro. Y aquí estamos otra vez, como en la viñetas de los tabloides británicos. Una de ellas retrataba a dos hombres encorbatados en un futuro lejano, negociadores enviados a Bruselas para cumplir con «una vieja tradición que nadie sabe cómo comenzó». Los jóvenes ingleses han empezado a utilizar una expresión (brexiting, traducible como «hacer un brexit») para referirse a la actitud de quienes se despiden de todo el mundo en una fiesta pero luego los sigues viendo hasta bien entrada la madrugada, de corrillo en corrillo, con una copa en la mano.
El Brexit es la agonía de lo improbable, la frustración de las promesas que no se pueden cumplir sin saldos que nadie está dispuesto a encajar, la materialización del infantilismo de las redes sociales. Lo que pasa cuando intentas cumplir, la mañana siguiente, las ocurrencias de una noche de excesos. Una actitud social que recorre nuestro siglo como el fantasma de Marx y Engels recorría el siglo pasado. Hay que admitir que, aunque nos confundió el orientalismo, la Primavera Árabe fue parte de aquello. Después, la ducha de realidad provocó golpes militares y ríos de sangre en Egipto, guerras como la de Siria, desiertos sin control como el libio y un volumen considerable de frustración y rabia que irá desbordándose en los años por venir. Las maniobras totalitarias de Erdogan son los últimos coletazos de la resaca. Las resacas a ciertas edades empiezan a ser terribles.
En España la enfermedad se nota en cada vez más ganglios. El de Cataluña es el más visible, aunque quizá no el más peligroso. Lo sabremos cuando explote el de la próxima crisis económica en un país con unas cuentas públicas de horror movie. No nos va a salvar ningún folclore.