Miguel Romero

CATHEDRA LIBRE

Miguel Romero


Año perdido, año encontrado

04/05/2020

En ocasiones puede ser beneficioso el reflexionar sobre el sentimiento de la añoranza para poder reconectar con nuestro pensamiento optimista.
Pero en otros, un alegato para vivir la vida con intensidad, no es ahora el mejor momento, sin duda. Nietzsche lo dijo en una ocasión, muy diferente a la actual, pero sentidamente adecuada: «demasiado tiempo me debatí en la añoranza, con la mirada clavada en la lejanía, demasiado tiempo permanecí en la soledad, así que ya no sé callar».
Pero no me trae aquí la añoranza como palabra de reflexión en exclusividad, sino que me trae la tristeza de comprobar que será un año perdido en toda la intensa actividad programada, actividad cultural como método de progreso. Triste es pensar que todo aquello que tanto esfuerzo y trabajo nos ha llevado, ahora, por la casualidad de una pandemia dañina cambie los parámetros de una sociedad que intentaba caminar hacia la consecución de una mejor calidad de vida, cuando recuperándose iba de aquella otra crisis pasada. Horas y horas intensas buscando ideas y realidades; horas que aún siendo esfuerzos compartidos, provoca sensaciones de incertidumbre y desasosiego para quienes basculan, año tras año, en poner en valor proyectos e ideas comunes para mejorar el credo social de una cultura, herida desde tiempos pasados.
Por eso, duele pensar que la Alvarada Medieval de Cañete, en su veintidós cumpleaños, quede vacía de contenido al no poderse celebrar. El proyecto seguía su camino, el eje central hacia las Canciones de Gesta como vínculo entre Tradición oral y costumbrismo de folclore, rompe en este año las expectativas para conjugar conferencias de prestigiosos adalides, folclore de grupos importantes y vivencias entre el torneo medieval y las propuestas novedosas de su Comisión. Espero que no lo aplaudan algunos, sería de necios -aunque dicen las malas lenguas, que abundan-. Ahora, toca esperar. Mayor fuerza para el año que viene, seguro.
Pero no ha sido solo la Alvarada quien ha propuesto su cancelación, sino que vendrán las Jornadas en torno a Julián Romero, en un pueblo como Huélamo, lleno de esperanza e ilusión por conseguir una seña de identidad clara para una cultura que allí revivía caminos de esperanza. Sería su tercera edición, pero esperará otro tiempo. Ahí sí hay talento vivo.
Qué decir de las Jornadas romanas de Valeria, pionera con solera en revivir la estampa de la cultura romana en nuestra provincia, dentro de un pueblo generoso, humilde y que tiende constantemente la mano al visitante. Su Ninfeo volverá a reubicar su pasado, a la espera de una nueva revitalización, que seguro estoy, será más solemne si cabe en el próximo año. Así sucederá con Keltiber en Enguídanos, el mundo íbero en Barchín del Hoyo, la Cuenca Histórica en la capital, preludio de unas fiestas mateas que tampoco podrán recomponer sus alas para reafirmar la entrada triunfal de Alfonso VIII. Y a todo ello, las fiestas patronales de cada lugar, donde sus vírgenes y santos bendecirán desde sus hornacinas y retablos, pero no podrán hacerlo a fuerza de procesión, enconando entre sus ramas de olivo, romero o enebro, ferias y fiestas con gigantes y cabezudos, verbenas, encierros taurinos o bandas de música entonando los solemnes triduos o himnos de cada lugar. No podrán hacerlo este año, pero vendrá el siguiente.
Dicen las kalendas que será un año perdido, pero dicen los augurios de esas Vestales romanas que vendrán años mejores, porque se fortalecerán los lazos fraternales, se agrandarán los esfuerzos, las mentes obtusas crecerán en ideas novedosas, los torpes ganarán en habilidad, los tozudos potenciarán sus dolencias y los sencillos pioneros que hacen todo por honestidad, valentía, sencillez, generosidad y bonhomía, serán los triunfadores en esos años venideros. ¡Qué critiquen los críticos que suelen hacer mal y sigan frotándose las manos por contentarse con la anulación de estas fiestas culturales, que el año venidero sufrirán más porque será, si cabe, un triunfo de la razón, de la humildad y de la franqueza!