Diego Izco

TIEMPO MUERTO

Diego Izco

Periodista especializado en información deportiva


Lunes

19/05/2020

Según cuentan quienes llevan tiempo asomando la oreja al regreso del pelotón (fútbol), va a volver el fútbol los lunes. Una medida pasajera, dicen los defensores del «partido todos los días». Y con «pasajera» nos cuelan por la gatera un detalle más con el que odiar la nueva normalidad del fútbol, en la que no habrá público, en la que un entrenador (como le sucedió a Heiko Herrlich, técnico del Augsburg en Alemania) puede ser apartado del banquillo por salir del hotel de concentración a por pasta de dientes, en la que policías de la Liga vigilan los entrenamientos de cada equipo para que todos los protocolos se cumplan («Hay demasiado en juego», dicen para justificarlo… como si en el mundo real, el no-futbolero, no hubiese en juego lo mismo o más), en la que recomiendan o directamente prohíben gestos efusivos o contacto en la celebración de los goles (con compañeros supuestamente inmunes) pero los jugadores pueden seguir rozándose en los marcajes de un balón parado (con rivales supuestamente inmunes), en la que apretarán el calendario hasta la náusea para intentar que la 20/21 no comience a deshora y, sobre todo, para cumplir con el sueño de 'mamá-UEFA' de jugar unas últimas rondas de Liga de Campeones en agosto con el ambiente de toda una Eurocopa, la que no se juega (como los JJOO, como muchas otras competiciones deportivas en todo el planeta) por precaución, por responsabilidad civil y porque muchos dirigentes y clubes pensaron en, ¡oh, sorpresa!, el público.

Así que si vuelve el fútbol de los lunes, aunque sea de forma «pasajera» como dicen sus defensores (Liga y Televisión) para aplacar a sus detractores (público y sentido común), tendremos una prueba más, aunque no la necesitemos, de que el regreso del fútbol habrá sido una mala idea.