Javier Caruda de Juanas

Javier Caruda de Juanas


De población y despoblación

27/05/2021

Hay días en que lees noticias que pasan de puntillas a pesar de la importancia de lo que cuentan, bien sea porque el tema tratado no responde a la cercanía que lo local requiere o bien porque los efectos de lo contado se cifran en un futuro más o menos lejano. La noticia contada este pasado martes en La Tribuna sobre la evolución demográfica de la provincia seguramente pase a engrosar la lista de aquellas que lees a vuela pluma sin querer creer lo que cuenta.

En los últimos meses, la sociedad se ha volcado en la búsqueda de soluciones a la tan temida despoblación. Los datos aportados por La Tribuna hablan de una evolución demográfica en la provincia (y por tanto extrapolable a la capital) con un descenso de más del 43 por ciento de su población a lo largo de este extraño siglo XXI. Si queremos hacer más cercano este dato, recordemos que para 2050, la Unión Europea prevé que perdamos algo más de treinta y cinco mil habitantes. Me parece que es un número escalofriante. Pero ¿Qué se puede hacer en nuestra provincia para revertir esta situación? La administración regional prepara una ley de despoblación que debe ser instrumento para frenar la sangría poblacional que llevamos sufriendo más tiempo del que parece (y del necesario). El principal reto es fijar la población, por supuesto, por lo que se necesita dotar al medio rural de una serie de servicios que haga atractiva la permanencia en localidades que a duras penas llegan a los quinientos habitantes. Si el futuro laboral pasa en gran medida por el teletrabajo, habría que conseguir que el 5G llegue a cada rincón de esta provincia y no parece que esto vaya a suceder en un futuro más o menos cercano. Recordemos que hay barrios en nuestra capital aún con una cobertura pésima. Otro de los servicios necesarios es la atención médica. Sabiendo que es complicado disponer de un especialista en cada pueblo, sería lógico pensar que hay determinados servicios que deberíamos entender como necesarios: pediatría, urgencias…No parece muy sensato trasladar tu residencia en una localidad cuya asistencia médica se reduce a un determinado número de días a la semana teniendo el servicio de urgencias (por ejemplo) a un número determinado de kilómetros. Y si hablamos de las comunicaciones podemos viajar este verano por los diferentes pueblos de nuestra sierra para comprobar el estado de las mismas o la frecuencia de autobuses y trenes. ¡Ay, calla! Que se me olvidaba que desde enero (y sin fecha aún) sigue cerrada parte de la línea férrea que cruza nuestra provincia.

Desde luego que estamos ante, posiblemente, el mayor reto al que nos vamos a enfrentar en los próximos años. Ojalá nuestros políticos (los que están y los que estarán) acierten con la tecla para darle la vuelta a esta situación, no vaya a ser que en nuestro epitafio provincial debamos poner aquella frase del gran Groucho Marx : "Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de miseria".