Juan José Laborda

RUMBOS EN LA CARTA

Juan José Laborda

Historiador y periodista. Expresidente del Senado


Ideas y poder

01/12/2019

Ideas y poder. 30 biografías del siglo XX es el último libro de Juan Pablo Fusi, editado por Turner, en el que el excelente historiador hace un recorrido del siglo veinte a través de 30 biografías. Como explicó el mismo Fusi en la presentación de su libro en la librería Marcial Pons de Humanidades, las biografías no tuvieron aceptación entre los historiadores profesionales(con excepciones conocidas, la mayor parte británicos), porque se consideraba que la vida de las grandes figuras históricas no explicaban el pasado como lo hacía la economía, la sociología, la estadística, incluso el clima, en suma, porque las ‘estructuras’ eran más «significativas» que la vida de los individuos, que aparecían en la historia como meros fenómenos superficiales de su marcha inexorable…y determinada. 
Fusi, sin duda debido a su formación inglesa, como discípulo de Raymond Carr, ha escrito sus libros de historia fijándose en los individuos con nombres y apellidos. En esta ocasión hace una síntesis con treinta decisivos personajes, de los que cuenta con suma precisión sus vidas, y de ese relato biográfico -que se lee como una buena novela- nos da las claves del siglo anterior. 
Comienza con Sigmund Freud(1856-1939), el psicoanalista austriaco y judío que alteró la manera de pensar sobre la naturaleza humana. El ser humano no era sólo la criatura racional que definió Aristóteles, y desde él los grandes moralistas y las iglesias cristianas, sino que a partir de los escritos de Freud, el ser humano actúa también, incluso con más imperativos, por impulsos del deseo, la líbido y los instintos. Freud inaugura el siglo veinte por eso, no sólo por las fechas de sus obras señeras, sino porque culmina el saber de lo que en el siglo diecinueve modificará radicalmente: la visión del ser humano en grupo o en sociedad, con las obras de Karl Marx (la sociología), y de Charles Darwin (la evolución). 
La segunda biografiada es Emmeline Pankhurts (1858-1928), una sufragista británica que simboliza otro hecho definitorio del siglo veinte: la reivindicación de la igualdad de las mujeres. Pankhurts y cuantos apoyaron sus campañas y estrategias políticas y sociales lograron que en 1918 se aprobara la Ley de Representación del Pueblo que concedió el derecho de voto a las mujeres mayores de treinta años, rebajada a veintiuno en 1928. Sin duda, la I Guerra Mundial, al cubrir las mujeres muchos puestos de trabajo de los soldados en el frente, cargó de razón las protestas de las sufragistas, y como el Reino Unido era, por entonces, un imperio mundial, la extensión de las reivindicaciones femeninas se proyectaron con fuerza por todo el mundo, incluyendo países no europeos, como India, China, etc. 
El tercer elemento definitorio del siglo es la revolución. Fusi señala en primer lugar, al trazar la biografía de Emiliano Zapata (1879-1919), la revolución mexicana, un acontecimiento que estalló en 1910 y que prolongó su violencia inaudita hasta la Guerra Cristera de 1926 y 1929. La revolución mexicana sintoniza con hechos hispánicos, la instauración de la II República y nuestra Guerra Civil, y los dos personajes que Fusi biografía, José Ortega y Gasset (1883-1955) y Manuel Azaña (1880-1940), encajan en esta época final de las revoluciones. 
Pero Fusi dedica dos capítulos a «vidas paralelas» (el autor reconoció que hizo un homenaje al viejo Plutarco) de Lenin (1870-1924), Trotsky (1879-1940) y Stalin (1878-1953), y, por el otro lado de la revolución, de Mussolini (1883-1945) y Hitler (1889-1945). Los capítulos referidos a Mao Zedong (1893-1976) y a Ernesto Che Guevara (1928-1967), añaden importantes matices a esa historia de violencia.
La revolución condujo en el siglo XX al totalitarismo, ese invento perfeccionado hasta el disparate, y por eso Fusi, con acierto, cierra sus capítulos con los dedicados a Hannah Arendt (1906-1975) y a Isaiah Berlin (1909-1997), dos formidables pensadores que combatieron con éxito las ideas totalitarias y defendieron la libertad, algo que también define al siglo veinte. 
El siglo veinte señala en la historia de la ciencia la culminación de una tradición que empezó con Galileo y Newton en el siglo diecisiete. Albert Einstein (1979-1995) está en la cumbre, y su pensamiento sobre la Física y la Teoría de la Relatividad, aunque cambió radicalmente las premisas de la física newtoniana, no dejaba de ser una continuidad metodológica de sus conclusiones. Fusi nos describe a Einstein en medio de un mundo cambiante, desde luego el científico, pero también en los múltiples aspectos de la vida humana. Einstein opinó de la gran mayoría de ellos, desde la política, hasta la condición femenina, a veces con gran ingenuidad. 
Pero después de Einstein llegó Werner Heisenberg(1901-1976), con sus descubrimientos de la mecánica cuántica u ondulatoria, y formuló el principio de indeterminación o de incertidumbre, y aunque Einstein luchó intelectualmente contra ese principio - «Dios no juega a los dados», manifestó sobre ello-, el siglo veintiuno es el siglo de la indeterminación.