Enrique Belda

LOS POLÍTICOS SOMOS NOSOTROS

Enrique Belda


¿De verdad no habrá recortes? ¡Venga yaaa!

23/06/2020

Están algunos responsables políticos de la coalición que gobierna España y muchos de sus territorios, jurando por su madre que con ellos nada se va a tocar: la sanidad pública está garantizada y no habrá un paso atrás, pues incluso el Covid exige mayores cantidades en inversiones. La educación ha de recibir más dinero que nunca para ampliar espacios físicos y dotar de recursos electrónicos al alumnado. El sector público, afirman que tiene garantizado su dinero para salarios y los más desfavorecidos se beneficiarán con una renta mínima vital. También se mantiene la Dependencia, las contribuciones a los ERTES, las subvenciones, los fondos de alarma, etc. Pues nada: estemos tranquilos que todo va a ir bien porque nadie quedará descolgado. Miren, queridos lectores/as: es enternecedor ver cómo buena parte de nosotros, los ciudadanos, nos dejamos engañar una vez y otra por los pésimos políticos, de todo signo, aunque los de este signo repiten tema y treta. La historia nos va a ofrecer una vuelta de tuerca más, una segunda oportunidad para probar lo candorosos que somos: en 2011 se procedió según los que ahora gobiernan a una brutal política de recortes en nuestros derechos sociales y prestaciones, lo cual, de haber sido verdad, sería inexacto, ya que se ‘recorta’ de donde hay, pero de donde no hay simplemente no se gasta, y Zapatero and Friends dejaron la caja vacía y con gruesas deudas. Tras unos años de recuperación económica, que no fueron suficientes para volver a las vacas gordas «pues fue tanto el mal de esos recortes que no nos recuperamos» (ojo a la desfachatez, la culpa es del zurcido y no del roto), han tenido que llegar los de ahora a garantizar que nada se toca. Y todo lo malo, incluso las muertes del Covid-19, vienen de aquello. Es tan absurdo el montaje para tapar la ineficacia de la gestión económica de entonces, y de salud de ahora, que resulta indignante que ahora se quiera repetir la hazaña. Pues bien, habrá millones de personas que sigan el juego, y ese juego es tan burdo y previsible que se puede predecir: en efecto, en los próximos meses van a sostener la ficción de que el dinero público tapará todo. Cuando la crisis económica sea agobiante, seguirán dejando la economía tiritando con tal de prorrogar esta ilusión de la irretroactividad del gasto social y del nivel de vida. ¿Cómo acabará el asunto? De una de estas dos formas: la Unión Europea nos intervendrá y entonces serán ellos los que obliguen al pueblo español a doblegarse, mientras que nuestro gobierno como en Grecia, dirá, que somos unas víctimas, y se las arreglarán, como en Grecia (ya lo están diciendo aquí) para señalar que la oposición es cómplice de los hombres de negro. O La segunda salida, si es que la Unión Europea está a su vez tan mal que mira para otro lado, es que lleven a la economía al colapso hasta perder unas elecciones, para que llegue un recorte o mejor dicho, una ausencia de gasto brutal, gestionada por la oposición de hoy, que lógicamente será la que rebaje sueldos, pensiones, ayudas, etc. Y así tendrán cantinela para otra generación, progresivamente empobrecida por su candidez. La fábula, en definitiva, de la cigarra y la hormiga, aplicada a una sociedad que solo quiere tener buenas noticias y prefiere que paguen otros o que quede la cuenta sin abonar.