Fernando J. Cabañas

OLCADERRANTE

Fernando J. Cabañas


Gracias, gracias, gracias

29/12/2020

Tantos desvelos y sinsabores acumulados durante años, lustros, décadas... Tantas pesadillas padecidas en carne propia estando despierto en mi aula… Tantos mea culpa entonados, en el único idioma que conozco y además a medias, buscando mi parte de responsabilidad en la debacle que desde que recuerdo se cierne sobre generaciones de niños y jóvenes un día, aunque posteriormente y durante decenios adultos responsables de llevar las riendas de la sociedad… Todas esas malas experiencias tienen los días contados. Ese sufrimiento acumulado toca a su fin. Albricias. Y es que todo apunta a que voy a contar en breve con un arma de última generación que me permitirá, ¡por fin!, realmente formar a mis alumnos para el futuro, concretamente para su futuro. Pregonan los medios de comunicación que pronto el BOE publicará una nueva y definitiva ley de educación que garantizará que los jovencitos que hoy calientan sillas en las aulas estarán más formados, serán más curiosos, tendrán menos faltas de ortografía, se expresarán mejor, serán más responsables, optimizarán la tecnología puesta en sus manos, serán más respetuosos y educados, aspirarán a adquirir Cultura en mayúsculas, serán amantes de las artes, valorarán más lo que uno por sí mismo puede conseguir con el propio esfuerzo y sin esperar a que la suerte llame a la puerta, vincularán absolutamente todo lo aprendido en beneficio propio, serán más conscientes de que se avanza más estudiando que viendo series de televisión, que el día tiene 24 horas que pueden ser aprovechadas para infinidad de productivos fines, que su objetivo será aprender y no aprobar, que… Solamente por eso ya estoy agradecido a los sesudos, y sin duda para nada sospechosos ideólogos políticos, que han gestado la inmediata flamante ley que posibilitará que nuestros jóvenes de hoy sean felices, al tiempo que competitivos, eficaces y eficientes, el día de mañana cuando, en la veintena o treintena de sus vidas, confirmen que lo que su país ha puesto en sus manos en 15 o 20 años de formación y educación recibidos les permite, sin ambages, dedicarse fructíferamente a lo que les atrae y para lo que han sido formados. No dudo de que esta herramienta educativa, que en breve deberá presidir y orientar mi manera de dar clase, será el bálsamo de Fierabrás que a nuestros jóvenes les abrirá las puertas del futuro por encima del 3 en 1 que, en formato Google, tantos resultados lleva dando a tantas generaciones, salvo cuando se quedan sin batería sus móviles, claro. Relegando a normas constitucionales caducas y rancias, a principios y valores propios de las cruzadas, a solidaridades e idiomas imperialistas y antidemocráticos, a libros y diccionarios más propios del pleistoceno que de una sociedad competitiva y moderna como la nuestra,… la nueva ley hará que nuestros jóvenes no estén a la cola en los rankings y que no hacen sino, al ubicarlos en dicho extremo, solamente valorar despreciativamente su preparación y formación, siendo tremendamente crueles con ellos al no justipreciar la estabilidad emocional de la que gozan nuestros jóvenes y jóvenas, su felicidad inmediata, el sufrimiento que solamente ellos experimentan al ser despiadadamente tratados por unos padres que exclusivamente piensan en que madruguen, estudien denodadamente, sean corresponsables de sus propias vidas y futuros, vean en sus manos, brazos y cerebros las herramientas fundamentales que les permitirán ser brillantes en el futuro…  ¿Puede haber mayores dosis de sufrimiento? Pero eso se acaba. ¡Me voy a celebrarlo que veo que en menos y na’ el actual ocaso tornará en luz brillante! Tanto tiempo en mis sueños. Tantos años sufriendo leyes imperialistas, antidemocráticas, pseudofascistas, retrógradas, frustrantes. ¡Menudo regalo nos acaban de hacer! Sobretodo a los alumnos. Gracias, gracias, gracias