Editorial

Es preciso acertar en compaginar la crisis sanitaria con la económica

J.S.
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Castilla-La Mancha, como el resto de comunidades del país, está inmersa en plena desescalada hacia la recuperación de la nueva normalidad que dejará la pandemia del Covid-19 y en pleno proceso es preciso acertar a la hora de compaginar la crisis sanitaria con la crisis económica, ya que hay que conseguir que la manta tape tanto la cabeza como los pies.

Blanca Fernández, consejera de Igualdad y portavoz del Gobierno regional, manifestó ayer que la evolución de la pandemia en la región en la última semana sigue siendo positiva y, fruto de ello, la próxima ya comenzará con Cuenca y Guadalajara en la Fase 2 de la desescalada y con el Gobierno regional preparado para solicitar que las tres provincias restantes, Albacete, Ciudad Real y Toledo, lo hagan siete días después, todo ello desde la prudencia y con el aval de que en la última semana se contabilizan en Castilla-La Mancha 121 personas hospitalizadas menos, 21 personas que salieron de las unidades de críticos y otras 126 altas epidemiológicas más, superando ya las 6.500 desde el inicio de la actual pandemia.

Las cifras, que siempre pueden resultar frías y que no se pueden considerar como buenas mientras que se sigan contabilizando personas fallecidas por el coronavirus, contrastan con una crisis económica que está muy caliente, por lo que es necesario que todos los pasos que se den sirvan para lograr esa conjunción entre la mejoría sanitaria y la económica. Los datos esperanzadores sirven para ganarle terreno a la desescalada y cada fase a la que se avanza conlleva más medidas para reactivar los distintos sectores, sobre todo el de servicios, que es el más castigado, aunque es preciso tener claro que esos logros que se consiguen deben ir acompañados de la pertinente responsabilidad por parte de todos, desde las administraciones hasta los empresarios, pasando por la población, ya que es necesario incidir en que las cuestiones sanitarias son las que marcan el futuro, ya que la vida de las personas debe ser la prioridad para todos los implicados e interesados en superar cuanto antes las actuales crisis sanitaria y económica.

La consejera lo dejó claro en su comparecencia al señalar que «la economía no puede competir con la vida», algo que toda la sociedad tiene asumido. Por eso, las actuaciones sanitarias deben ser lo más completas posibles en todos los sentidos para que durante las próximas semanas los datos también sean esperanzadores y permitan el avance hacia las siguientes fases de desescalada, que conllevarán mayores licencias para empresarios y ciudadanos, quienes, al igual que las autoridades competentes en la materia, no deben olvidar que la responsabilidad es fundamental para lograr el objetivo deseado por todos, que no es otro que acabar tanto con la crisis sanitaria como con la económica.