Alejandro Ruiz

EL REPLICANTE

Alejandro Ruiz


De Martinica a El Bonillo

05/05/2022

Me entero ahora de que existe un estudio de la doctora Rosalina Martínez López, médico especialista en Bioquímica Clínica del Servicio de Análisis Clínicos de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, por el que se han descubierto 32 nuevos casos de pacientes diabéticos portadores de la variante de la hemoglobina Le Lamentin. Leo en 'Diario Sanitario' que de casualidad encontraron que un paciente poseía una hemoglobina diferente, confirmando que se trataba de la hemoglobina Le Lamentin, detectada por primera vez en la isla de La Martinica en 1982, de ahí su nombre, y que hasta ahora sólo contaba con una decena de casos descritos en todo el mundo.
En el año 2017 la doctora recibió por este trabajo, donde intenta explicar el motivo de ser tan abundante precisamente en Albacete, además de la repercusión médica que conlleva, uno de los premios de la Asociación Castellano - Manchega de Análisis Clínicos. Tratándose de  una cuestión de ADN, de herencia genética, dice la doctora que históricamente la provincia de Albacete ha sido una de las menos pobladas de España, y su escasa población ha permanecido estable en pequeñas localidades a lo largo de los siglos, lo que podría explicar la pervivencia de la mutación, especulando también con que pudiera existir alguna relación con el gran número de albaceteños que participaron en la guerra de Cuba, dada la cercanía con Martinica, y la especial pobreza de la zona en aquella época, superando la media nacional, y la necesidad de pagar 1.500 pesetas para evitar cumplir el servicio militar.
El caso es que solo unos cuantos albaceteños tienen una sangre única en el mundo, de tal manera que, de los 62 casos mundialmente registrados, 52 se encuentran en la provincia de Albacete, entre la Manchuela, el Corredor de Almansa, la Ribera del Júcar, el Campo de Hellín y los Llanos de Albacete, es decir, más del 80% de los casos mundialmente detectados.
Parece ser que la hemoglobina Le Lamentin, que no supone una patología y funciona igual que la normal, es una peculiaridad puramente albaceteña que va a resultar ser el hecho incuestionable de la diferencia genética de los albaceteños. Si fuéramos como los vascos, con esa obsesión que sufren sobre el estudio del ADN mitocondrial y nuclear del cromosoma, nos serviría para enlazar nuestra especial hemoglobina con el modelo del barrido selectivo de las mutaciones beneficiosas que ya han empezado a mejorar la especie humana, empezando por el albaceteño medio. Algo nos barruntábamos ya de todo esto, conociendo nuestro especial carácter bonachón, benévolo, generoso, amable, empático, sincero, humilde, solidario, campechano, socarrón y picaresco. Y sobre todo sabiendo que uno de los 62 pacientes con la hemoglobina Le Lamentin resulta que es de El Bonillo. Estaba claro.