Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


Nervios con acento andaluz

20/05/2022

Todo este desparrame que se ha apoderado de las diversas facciones del gobierno y se ha extendido como un reguero de pólvora al que se ha arrimado candela tiene acento andaluz. Son las elecciones que vienen, que ya están aquí y cuyos resultados pueden significar un antes y un después.
Digo los resultados, que eso será lo que pese de verdad, pero ya y de momento simplemente los sondeos han alarmado tanto al PSOE que mucho de lo que está metiéndose con consigna y calzador en el fragor de las tertulias tiene que ver con ello. Tanto y tan desaforado que huele un poco a desesperación.
Las previsiones, hasta el CIS que allí hizo la vez anterior otro de sus ridículos para enmarcar prediciendo una holgada mayoría de la izquierda de 14 escaños y fue exactamente al revés, apuntan a un descalabro mayúsculo. El PSOE no solo no recupera lo que perdió, sino que puede perder aún más y a su izquierda el gallinero es tan descomunal que ya no es que haya uno alborotado sino tres en un tumulto de kikirikis.  Y eso es lo que ha hecho y va a seguir haciendo de aquí a que se vote que estemos asistiendo a un espectáculo cada vez más impostado y menos creíble para intentar corregir, desde Madrid, lo que por el muy extenso sur parece que poco remedio tiene.
Se está echando mano de todo el argumentario, el primero el de la ultraderecha como gri-gri y talismán para espantar votos del contrario y devolverlos al redil. Pero me malicio y cada vez con mayor certeza, que no solo no cuela, sino que, a la gente, excepto los muy acólitos a los que no hace falta convencer, le importa menos que un pito y les resbala cada vez más.   Si se añade a ello las compañías y encames que el sanchismo frecuenta la cosa no tiene mucho porvenir y si la vocera es Adriana Lastra, lastrado nace antes de levantar. Debe ser que no ha funcionado la cosa que el paso siguiente y ahora respuesta para toda cuestión por la que el Gobierno interpelado sea exhibir la libreta de Bárcenas y como apoyo otro quintal de mierda surtida por Villarejo y con diez años de antigüedad. Ese parece ser, a lo que se ve, el triángulo en que se va a sustentar la campaña. Y la pregunta que uno se hace es ¿creen que por mucho que ese sea el monotema de las tertulias afines eso va a afectar al voto andaluz? ¿No hubo y hay, además, un asunto ERE por allí?
Por el lado del PSOE, pues por el lado morado que cada vez están más enfebrecidos el salto cualitativo es poner en circulación una serie de Proyectos de Ley donde se pasa sin solución de continuidad de la negación del hecho y condición de mujer a una especie de barra libre abortiva para menores que ni siquiera tendrán para ello necesidad de permiso paterno a partir de los 16 años. Y todo ello revuelto con la baja laboral por causa de la menstruación tras declarar Irene Montero que era la forma de que las mujeres no fueran estigmatizadas por tenerla, algo que me ha dejado perplejo la verdad. Esta señora debe pensar que las mujeres españolas viven en un estado de civilización neolítico como mucho.
Estos arrebatos Podemitas, cada vez más desnortados y donde las puñaladas internas son la moneda común, no dejan de ser también un elemento más en el deterioro general del PSOE pues al acatarlos y plegarse a ellos se convierten en cómplices con un efecto letal para sus intereses y sus bases electorales. Que esa es una de las razones de lo que se empieza a vislumbrar como causa del movimiento de voto determinante en el medio rural, que en Andalucía había sido hasta ahora uno de los grandes patrimonios del socialismo y que ahora empieza a temblar. No se puede apoyar e irse abrazado con todo el acoso de la extrema izquierda urbanita al medio, hábitos y costumbres del campo y sus gentes y luego pretender que no pase nada. Y dicen aquí también las encuestas que algo puede pasar.
 Lo que sea sonará, pero el agua que parece llevar el río tiene un rumor que está poniendo en prevengan a quienes tienen sus urnas cada vez más cerca también. O sea, las autonómicas y municipales en nuestra Región. Desde luego si lo que se anuncia en Andalucía se convierte en realidad les va a dar mucho que pensar. Y que temer.

 

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