Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


Renovación urbana

09/11/2020

Recientemente Francisco Arce, en nombre de la Asociación de Vecinos de Palomarejos, advertía sin dramatismos, pero con cautela, del nuevo escenario que se presentará en el barrio cuando el hospital Virgen de la Salud sea trasladado al nuevo enclave en el Polígono. Han transcurrido demasiados años construyendo un modelo de vida, girando alrededor del hospital no al propio barrio. Demasiado cómodo para los gestores e incluso demasiado cómodo para los vecinos. Adquirieron sus viviendas cuando ya estaba funcionando el hospital y eso ha determinado su trayectoria hasta la actualidad. Comprensible resulta ahora la incertidumbre para quienes se han habituado a unos determinados modos de vida. Cambiar de creencias y conceptos  siempre engendra complicaciones.
Sin embargo, es necesario empezar a manejar nuevos escenarios para el barrio sin buscar actuaciones estelares. Es decir, plantearse reconstruir el barrio como objetivo central. Existen experimentos variados, acertados y fracasados, en diversas ciudades europeas y norteamericanas. También en algunos lugares de España. Nada nuevo, en consecuencia, para que planificadores, urbanistas, arquitectos, dirigentes sociales, representantes políticos se plateen pensar  cómo conseguir que la vida, negocios y actividades, que  se basaban en un hospital, adquieran otras dimensiones para articular nuevo tejido comercial y cívico.
La rehabilitación de las viviendas sería la primera formula a ensayar, aunque en España no se practique en exceso. De hecho en España la rehabilitación es de las más bajas de la Unión Europea y  el parque de vivienda es de los más antiguos. Un 65% del total de viviendas  son anteriores a 1975 o de la época. Desde entonces han cambiado las cosas, incluida la concepción de la vivienda. Eso sin hablar de las variables conceptuales que está introduciendo la pandemia. Ningunas se construyeron con criterios de eficiencia energética, de sostenibilidad ambiental o de habitabilidad. Se impuso el beneficio rápido no solo a costa de colonizar suelo, sino también sobre la calidad de los materiales. Todo puede ser cambiado y mejorado con los conocimientos y exigencias de las normativas de construcción actuales o las que se inventen. Se puede modernizar este o cualquier otro barrio con las economías que generarían las actuaciones en el presente y en el futuro. Que en el proyecto participen los vecinos resulta imprescindible. Por eso me refería en el inicio del texto a las declaraciones del señor Arce. Declaraciones tranquilas, sin dramatismo y sin  oportunismo político. Simplemente, encarando la realidad tal como se va a presentar en los  años venideros.