La ventriloquía es el arte de hacer que un objeto inanimado cobre vida. Para ello es imprescindible aprender a hablar sin mover los labios, cambiar la voz, darle vida al muñeco y tener alguna chispa de ingenio, de manera que nunca parezcas más tonto que tu muñeco.
A simple vista, reunido Pedro Sánchez en el Palacio de La Moncloa con Pere Aragonés, uno no sabe quién es quién. Quien es José Luis Moreno, quien Monchito, Macario o el cuervo Rockefeller. Después de un análisis pormenorizado, personalmente me inclino por concluir que Sánchez siempre será Moreno y que Aragonés está más acorde con la personalidad de Macario, que ha dejado el tractor aparcado en la puerta de La Moncloa.
José Luis Moreno, un tío triunfador, encantador e inteligente, con una carrera artística envidiable, como ventrílocuo de gran popularidad, productor, presentador y director de musicales en televisión y teatros, nos ha encandilado siempre con ese típico atractivo con el que los psicópatas suelen enmascarar su verdadera personalidad. Ahora resulta, todavía con carácter de presunción, que la red de José Luis Moreno estafó más de cincuenta millones de euros procedentes del tráfico de drogas, habiendo sido detenido y acusado de estafa, blanqueo y alzamiento de bienes. Por lo visto, según leo en la prensa, durante la investigación se realizó una intervención en la que se aprehendieron más de un millón de euros en efectivo a una ‘mula’, que transportaba en vehículos con doble fondo grandes cantidades de dinero procedente de la venta de drogas. Los investigadores de la Policía y la Guardia Civil creen que la organización de Moreno aprovechaba su entramado empresarial para simular una actividad inexistente.
Vamos, que lo extraño es que José Luis Moreno no se haya dedicado a la política, donde podría haber desarrollado esa oculta vocación delictuosa, pero con la salvaguarda de la constatada impunidad de los políticos. Estaría en su salsa, por ejemplo, en la trama contra el Tribunal de Cuentas, ahora en el punto de mira de Macario y el resto de los muñecos en el intento de controlar su actuación contra funcionarios de la Generalitat por desviar fondos públicos, preparándose la posibilidad de variar el sistema de renovación de los consejeros del Tribunal. Se trataría de cambiar la mayoría de tres quintos del Congreso por la mayoría absoluta y así tomar el organismo con el apoyo de todos los socios. Una ‘mula’ de más de cinco millones de euros.
Dijo Sánchez, Moreno, después de la reunión con Aragonés, que después de los indultos ambas partes comienzan la reconstrucción y el reencuentro en el diálogo y la concordia, pero que puede garantizar que el Gobierno de España siempre va a salvaguardar el cumplimiento de la legalidad democrática. Aunque ya sabemos cómo es Moreno, Sánchez, que con una mano tiene a Monchito diciendo eso y en la otra al cuervo Rockefeller que te dice: ¡Toma Moreno!