Javier Caruda de Juanas

Javier Caruda de Juanas


'San Julián de enero'

27/01/2022

Como bien sabemos mañana celebramos el primer día festivo local de este extraño 2022. Nada más y nada menos que festejamos San Julián, patrón de la ciudad. Referente histórico, social, cultural y religioso durante casi ocho siglos cuya celebración nos empeñamos en desterrar hasta meses más calurosos camuflando la festividad religiosa entre la última de Camela y el olor a churro de La Giralda. En los últimos meses han instalado en el conquense de pie de calle una absurda elección sobre si San Julián de enero debía ser festivo local o si esta fiesta debía trasladarse a las jornadas mateas septembrinas. Varias razones se han puesto sobre la mesa: el más que previsible éxodo capitalino a otras latitudes para disfrutar del puente, la necesidad de exprimir los últimos días veraniegos antes del retorno de la normalidad… Ninguna me convence. Ya saben que soy partidario de, en la medida de lo posible, llamar a las cosas por su nombre y celebrar lo que corresponde, entre otras cosas porque este acervo de liturgias conquenses conforman el ente cultural de una ciudad que, lamentablemente, es demasiado permeable a la hora de contemplar cómo se van perdiendo las diferentes señas de identidad que la han hecho como es, justificando esta pérdida en un mal entendido languidecer que ninguna otra costumbre, por importada que sea, va a mejorar. 
La celebración de San Julián, en su fecha, el 28 de enero, es algo que debería exceder a lo exclusivamente religioso, que por otra parte parece que va a ser el único recordatorio a nuestro santo patrón en este frío mes de enero. La confección de un breve pero interesante programa de actividades para dotar de contenido a tan especial celebración debería contemplarse también por parte de nuestros munícipes, más allá de dejar la celebración al albur de la anual caminata hasta la cueva del santo para compartir viandas y risas. Quizá de esta manera regalaríamos al conquense un motivo para evitar esa fuga en pos de rebajas y experiencias. Pero parece todo lo contrario. No hay (o no he visto) ningún acto que recuerde la memoria del santo. Habrá quien diga que hace mucho frío para organizar alguna actividad al aire libre. Será que no recuerda el pasado festival de otoño, de tan grata memoria, o piensa que la peregrinación a El Tranquilo está llena de calefactores y esas cosas. Curiosamente tampoco hay prevista ninguna actuación teatral o musical en el Teatro Auditorio. ¿No se podría haber programado algún espectáculo atractivo para ese momento? ¿O haber aprovechado esta festividad para presentar la programación de la SMR prevista para el día 31 por la mañana?
Parece que nos empeñamos en dejar reducida la memoria de San Julián de enero al refranero popular, aquel que decía que para «San Julián de enero se hiela el agua en el puchero», y poco más. Y eso que este año era bastante sencillo. Con haber dejado las luces navideñas aún puestas en la calle un día más y haberlas encendido durante unas horas, habríamos podido recordar que mañana, 28 de enero, es San Julián. Ni más, pero sobre todo, ni menos.