Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


Material de leyendas

26/01/2020

En el blog ‘hombredepalo’, el día 15 de enero, aparecía un documento, rescatado por Javier Longobardo. Su título: ‘Tres aguas. El acuífero de Toledo’. Un recorrido, visual y auditivo, por las obras que la escultora Cristina Iglesias instaló en Toledo  con motivo del cuarto centenario del Greco. Vemos y escuchamos cómo, en distintos y casi opuestos puntos de la ciudad, el agua surge y se esfuma con  ruidos vivificadores, tranquilizantes. Puro material de leyenda en un futuro muy alejado de la ciudad actual. Y lo mismo que en el presente mitificamos las  clepsidras del astrónomo Azarquiel, con ese tono admirativo se hablará de las obras mencionadas.

Claro que, antes que imaginar lo que se contará de esas obras de agua, habría que imaginar Toledo dentro de nueve o diez  siglos. Pueden darse varios supuestos. Toledo habrá desparecido, como desaparecen las grandes culturas, entre la ignorancia y el mito. O tal vez haya sido engullida en una confusa red de edificios en altura, como en un Dubai feroz, con habitáculos en los que unas gentes, parecidas a nosotros, contarán historias  sobre agua que manaba del suelo y por el mismo lugar se escondía. En esos siglos el agua será una riqueza de universos distantes. Y es que otra de las posibilidades que cabe para el futuro de Toledo es que sea una estación minúscula de paso  en un entorno árido, con lluvias esporádicas cada veinte años, como un paisaje de la saga Dune, del escritor Frank Herbert,  trasladada al  cine por David Lynch.

En esta ciudad del desierto, el documental, publicado en el blog ‘hombredepalo’, será narrado como el logro de un tiempo mágico en el que era posible ver y escuchar el agua manando al sonido rítmico de una naturaleza aun no destruida. En un Toledo seco, con calores extremos durante el día y fríos heladores durante la noche, el recuerdo desdibujado de esas tres obras estimulará la añoranza de  gentes remotas. El recuerdo les ayudará a sentirse herederos  de unos humanos, no de robots humanizados, que   despreciaron el valor del agua  y acabaron con un rio superficial que rodeaba la ciudad. La huella desvaída del río apenas será una hendidura en la arena entre dos espacios de roca granítica triturada. De un pasado en el que abundaba el agua, sobrevivirán las leyendas de tres ingenios hidráulicos, cuyas imágenes y sonidos se encontrarán en el blog 'hombredepalo', depositado en los anaqueles hexagonales de la Biblioteca de Babel,  que describiera Borges.