Jesús Fuentes

ÁNGULOS INVERTIDOS

Jesús Fuentes


Hacia la Atlántida

25/08/2019

Hugo Pratt dejó en el libro de visitas de la Sinagoga del Tránsito a su personaje Corto Maltés. Lo pintó y lo firmó en el año 1995. Una herencia posmoderna para Toledo. A día de hoy no se puede acreditar que Corto Maltés haya fallecido. Algunas leyendas urbanas cuentan que se extravió en la Guerra Civil española. Otras, que fue enviado por su creador a la Atlántida. Lo que sabemos es que se desvaneció entre las brumas y,  por las investigaciones de Palomero, permanece entre las hojas del  libro de visitas de la Sinagoga del Tránsito.
Santiago Palomero,  director del Museo de la Sinagoga, un día miró el libro de visitas. Sintió un golpe en el pecho. Como si algo externo se hubiera introducido en su interior. Como sucede en las películas de Alien, que le gustaban. Y se vió igual a Corto Maltés. Es más, se sintió como él. Se identificó de tal manera que formaron una unidad vital.  Interpretó  que la despedida del mundo de Hugo Pratt se produjo en la Sinagoga del Tránsito y que a Corto Maltes lo había dibujado en Toledo para la eternidad. Uno volvía con sus ancestros sefardíes, el otro para quedarse. Claro, que si esto se le cuenta a la gente – me dijo confidencial – pensarán en la locura.
Así que para que lo extraordinario pareciera ordinario Santiago Palomero, sobre todo imaginativo, inventó el fantasma del Museo. Un Museo se hace popular si dispone de  leyendas que contar, afirmaba convencido.  
Santiago Palomero era aventurero, culto,  conocedor de la Historia, gestor nada rutinario, lector compulsivo, escritor complejo, de humor caústico, apasionado del cine y de los comic. Como Corto Maltés. Este estilizado, el  de Cuenca, más chaparro.
En su etapa como subdirector en el Ministerio de Cultura elaboró un proyecto ambicioso de Museo para el edificio de Santa Cruz de Toledo. Pero un engreído director general de la comunidad le dijo que se olvidara del asunto. ¡Lo que  perdimos! El edificio continúa a la deriva. Un lunes nos dijo que se marchaba al Monasterio de Uclés. No le hagan caso, le gustan las bromas. No existen claustros, ni muros, ni kioscos que le puedan contener. En realidad, va hacia la Atlántida. Un territorio cristalino  en el que se juntan los sueños y personajes irrepetibles como  Hugo Pratt, Santiago Palomero, Corto Maltés y otros muchos. Seguro que de vez en cuando vuelven a Toledo. Al fin y al cabo, aquí tienen raíces, casa y familia.