José Manuel Patón

LA PLUMA CONTRA LA ESPADA

José Manuel Patón


Los Miserables

16/09/2020

La historia de España está compuesta por muchas guerras, abusos, ocupaciones. ¿Fuimos justos al invadir América? ¿Fueron justos los romanos al invadir España? Son preguntas que pertenecen a la historia. Incluso hubo gente, los afrancesados, que pensaban que lo mejor que nos podía suceder es que nos invadiera Francia, y hacer el sueño de una gran nación que ya habíamos tenido cuando lo de Carlo Magno, los Reyes Católicos, etc. La verdad que de Napoleón, aparte de un montón de muertos de ambos bandos, sacamos muchas cosas, como por ejemplo el Código Civil napoleónico, que a su vez procedía del Código Civil romano. Este Código, y el que diga lo contrario es tonto de remate, hacía que las leyes se respetasen; los tribunos juzgaban si alguien abusaba de otro, y cómo sería de adelantado, que 2.000 años después es nuestro Código Civil, que rige tan fantásticamente nuestras vidas que en 130 años no le hemos cambiado ni 30 artículos. Algo nos dejó Napoleón.
Luego llegó el Rey Felón, el deseado, que acabó con las aspiraciones constitucionales de los españoles, y luego este Rey, -que tanto nos costó reponer en el trono, toda una guerra de independencia-, trajo los 100.000 hijos de San Luis, ejercito que invadió España para defender su trono, paradoja de haberlos echado para que volvieran de esa guisa. Las guerras carlistas, tres, por la estúpida causa de una ley sálica que era otra estupidez, costó muchos muertos también.
También costaron muchos muertos la guerra de África, o la rebelión de Asturias. Concretamente los ‘revolucionarios’ capitaneados por Largo Caballero mataron a mucha gente de derechas.
En la guerra civil hay abusos de ambos bandos, y me parece muy buena la idea de que se haga justicia con los del bando republicano, y que se busquen las víctimas y en la medida de lo posible se repare la memoria histórica, pero la guerra no la ganó Franco, la ganó media España contra la otra media que en alguna ocasión se llevó a los presos de la cárcel modelo de Madrid y los mató al lado de una zanja en Paracuellos para ahorrarse llevarlos a Valencia. Estoy de acuerdo en que se quiten los símbolos de quienes han asesinado en la guerra o han represaliado a la parte contraria cuando era débil en su territorio, como los juicios sumarísimos en la bando nacional o las Checas en el banco republicano. Pero la memoria debe alcanzar a todos, no puede ser una venganza ni un desquite. Si quitamos la memoria en las calles, en las estatuas, o en los pueblos de una parte, a la que ahora juzgamos de asesinos, debemos ser honestos, y pensar que la otra parte también tuvo sus ‘jefes’ asesinos, y que ninguno de los dos merece estar en ningún recuerdo.
Otra cosa son los combates, donde también murió gente, unos por los bombardeos nacionales o alemanes, y otros por los bombardeos republicanos y los aviones rusos, o en las trincheras. La guerra es cruel. Pero si queremos ser justos seámoslo ahora, y no tendremos que esperar a que cuando ganen los contrarios cambien otra vez la ley.