Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


El Gobierno que quedará. Y el que se tendrá que ir

29/05/2020

Confío en que no se me incluya en esa presunta, o quizá real, 'estrategia de la derecha para tumbar al Gobierno' si digo que esto va mal con tendencia a empeorar. No hablo de la pandemia, no, que eso, afortunadamente, parece que algo mejora. Me refiero a todo lo demás. Y, como a mí lo que me gustaría es que fuese bien, siento escribir esto el día en el que el Consejo de Ministros aprueba el ingreso mínimo vital, que ya sabemos quién va a apuntárselo: como si el mérito no fuese de usted. Y de usted. Y de usted. Y también mío, contribuyente que, como usted, usted y usted, parece que va a serlo cada día más.

Pero ya verá usted cómo se registra una sutil competición interna en el seno del Ejecutivo para atribuirse la iniciativa de ese por otro lado imprescindible ingreso mínimo para que muchos, arrinconados por la Fortuna, puedan sobrevivir. Hora va siendo de reconocer que este nuestro es uno de los países más injustos de Europa: millones de personas al borde de la exclusión por un lado y colas para ir a las terrazas y restaurantes, a los hoteles de fin de semana, por otro.

Pues claro que hay que redistribuir en alguna medida la menguante riqueza nacional, y aceptaríamos una subida de tasas si la prescriben Nadia Calviño y Europa y en cambio rechazaríamos esa misma, o similar, subida si va de la mano de un vicepresidente que proclama 'abajo los ricos' como antes proclamó 'abajo la casta', que acusa de golpistas a los que tiene enfrente y que ha convertido el Parlamento, lugar sacrosanto, en un patio de colegio de niños no muy bien educados.

Estos días de crisis total evidencian que hay un Gobierno que trabaja por llegar aunque sea a esa 'nueva normalidad', temible pero necesaria, y otro que procura atribuirse cuanto de 'social' se hace en ese equipo, con fines propagandísticos y, claro, electoralistas. Creo que andar llamando golpistas a quienes no piensan como tú (ni como yo, oiga) es un mal mensaje a los mercados internacionales, a los pocos turistas extranjeros que piensen en visitarnos este verano y, sobre todo, a esos que en la UE son tan reticentes a regalar euros a los españoles. Nada de eso va a hacer que aumente la confianza de los ciudadanos en sus me parece que no tan amados líderes.

Y conste que lo mismo vale decir de quienes, en otras bancadas y aunque no tengan responsabilidades de gobierno nacional, se prodigan también en el insulto, en la falsedad o en deseos vindicativos, como ver 'engrilletado' a un ministro que seguramente no lo está haciendo bien, pero que, desde luego, para nada merece la cárcel. Sí, hablo, en el primer caso, de la portavoz 'popular' en el Congreso, y en el segundo de una diputada de Vox que pasa por tener un verbo 'castelarino', pero que es, simplemente, exaltada.

Pero regresando a quienes, desde distintas perspectivas, nos gobiernan, hay que concluir que un mismo equipo de fútbol no puede componerse de once jugadores que están solo a marcar goles, incluso quitando el balón a sus compañeros. Sánchez tendrá que acabar eligiendo, por ejemplo, entre Calviño, Robles, Planas, Maroto, Escrivá, Yolanda Díaz (que creo que no lo está haciendo nada mal) o, por el contrario, quedarse con ese vicepresidente que sin duda es cierto que no le deja dormir y su tropa. Al frente de la cual, la señora Montero, doña Irene, claro, ministra de Igualdad y otras cosas, que declara en la televisión pública que "la labor del vicepresidente segundo está siendo encomiable". Y, como ella no se ruboriza, lo haré yo por ella, hala. Así, de ala: con tanta cara y tan poco fondo y menos aún educación, de ala. Vamos de ala.