Fermín Bocos

CRÓNICA POLÍTICA

Fermín Bocos

Periodista y escritor. Analista político


Pérdida de autoridad

22/05/2019

Tras una sesión de apertura de la XIII Legislatura que ofreció momentos más propios de una velada circense que de un acto del que cabía esperar cierta solemnidad, nada de cuanto pueda acontecer a partir de ahora en el Congreso deberá sorprendernos. La señora Meritxell Batet, nueva presidenta de las Cortes, perdió una gran oportunidad para demostrar su autoridad en la Cámara. Debió cortar de raíz las intervenciones de algunos de los diputados separatistas cuya aportación a la vida parlamentaria ya podemos anticipar que va discurrir por las vías de la provocación. 
Si el primer día tomaron el Hemiciclo por un plató de televisión, no cabe albergar ninguna esperanza respecto de lo que nos va a deparar la legislatura. La comparación con otras sesiones inaugurales resultaba inevitable. Y la memoria nos traía la imagen (1977) de la seriedad, dignidad, solemnidad y, por qué no decirlo, de la emoción con la que se celebró la primera sesión de las Cortes democráticas con Dolores Ibárruri, Pasionaria, y Rafael Alberti como diputados de más edad acercándose a la tribuna de una Cámara formada por políticos que habían sellado la reconciliación entre las dos Españas. 
Nada que ver con el grotesco espectáculo del martes con diputados luciendo camisetas con proclamas extemporáneas o haciéndose selfis como sí de estuvieran de visita en un parque temático. ¡Qué nivel! Y qué ocasión perdida para dar seriedad a su causa sabiendo dónde estaban y lo qué significa ser representantes de la voluntad de quienes les han elegido. Es verdad que la presencia de los presos preventivos que han sido elegidos diputados introducía una variable de difícil pronóstico en orden a cómo manejar su presencia y su testimonio a la hora de jurar o prometer acatar la Constitución -cosa que a la postre ninguno hizo puesto que la fórmula que eligieron les situaba fuera del ámbito de lo que prometían aceptar-. 
Cuando Oriol Junqueras realizó su promesa invocando su condición de "preso político" -una falsedad cargada de significado peyorativo para una democracia como la española-, la presidenta Batet debería haberle llamado al orden. Y no haber permitido que semejante falacia quedara registrada en el Diario de Sesiones. Otro tanto debería haber hecho cuando varios diputados aludieron a la supuesta soberanía paralela que en Cataluña habría nacido con el referéndum ilegal de octubre del 2017. Mucho me temo que al no cortar a su debido tiempo, los separatistas le habrán tomado la medida y vendrán más días de nuevas burlas a lo que representa la Constitución. Mal empezamos.