Javier Caruda de Juanas

Javier Caruda de Juanas


Un calendario quijotesco

04/05/2023

En el pasado puente del primero de mayo, la ocupación hotelera en nuestra ciudad ha sido de un «lleno técnico», lo cual es una magnífica noticia si dejamos a un lado las incomodidades derivadas de tan notable visita turística. Con independencia de que en esta ocasión haya sido la Comunidad de Madrid la gran beneficiada, por obra y gracia de la celebración del histórico dos de mayo, no hay nada que nos guste más a los españoles de a pie que vislumbrar el calendario venidero para marcar en rojo todos y cada uno de los posibles puentes fijados en el mismo, amén de las ampliaciones que podamos hacer en función de la ocupación de cada uno. Nuestro carácter mediterráneo nos lleva a disfrutar de cada momento de la vida con cualquier excusa, acabamos de volver del primer puente de mayo, estamos pensando ya en la celebración del Día de la Madre o ¿quién de nosotros no tiene ya pensada o preparada su escapada para la celebración de la Virgen de la Luz? Dejaremos para otro momento, tal y como he hecho en años anteriores, la reclamación de una celebración del día de nuestra patrona a la altura de lo celebrado. Claro que este año se festejará con la resaca de los resultados de los comicios realizados justo el fin de semana anterior. Caprichos del veleidoso calendario. 

Tenemos la sanísima costumbre de reunirnos con familiares y amigos para celebrar cualquier logro, para recordar cualquier fecha, en definitiva, para sentirnos vivos disfrutando de cada momento. Somos quienes somos precisamente por preservar los usos, costumbres y tradiciones que han conformado nuestra Cultura, nuestra idiosincrasia con el paso del tiempo. Por eso no puedo por menos que hacerme un Sobera (ya saben, eso de levantar la ceja del ojo derecho en señal de asombro) al leer el borrador de calendario laboral para el próximo año. Amén del pertinaz empeño en extender la festividad toledana del Corpus Christi (recordemos aquí que la Iglesia Católica, salvo excepciones, hace años que lo celebra en Domingo) a toda la región, nos encontramos con que la Dirección General correspondiente, oídas las aportaciones de organizaciones sindicales y empresariales, además de la Iglesia Católica (mira que me extraña su aportación en este punto) propone que el año próximo la Epifanía del Señor, es decir, el día de Reyes NO sea festivo. 

O sea, a ver si me entero. Como el próximo día 6 de enero cae en sábado, el común de los trabajadores no podrá disfrutar de una festividad tan sumamente familiar como es el día de Reyes. Desconozco los criterios para proponer tamaño desatino y espero que sean meramente técnicos que no religiosos. Pero si no se corrige este borrador ¿se imaginan la tristeza que habrá en muchísimos hogares en una de las mañanas más alegres y familiares que existen? Esperemos que quien corresponda le de una vuelta a esto del calendario laboral, no vaya a ser que, emulando a Don Quijote, digamos aquello de «la razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enloquece, que con razón me quejo del vuestro calendario».