Editorial

Una declaración de la Unesco para trabajar por el futuro

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La Unesco confirmó a última hora del miércoles la esperada declaración  como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad del proceso de fabricación artesanal de la cerámica de Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo y de los estados de Puebla y Txalaca, en México. Se convierte así en el segundo bien inmaterial que la Unesco reconoce en Castilla-La Mancha, después de la inclusión el pasado año de las tamboradas, entre ellas la de  Hellín, Agramón y Tobarra, en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial. Un hecho que el presidente regional, Emiliano García-Page, destacaba nada más conocerse la noticia como «un impulso para la autoestima regional».

La aprobación realizada en la XIV Asamblea anual del Comité Intergubernamental de Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, que se celebra estos días en Bogotá (Colombia), pone un punto y aparte en el trabajo desarrollado desde la iniciativa ciudadana por parte de la asociación ‘Tierras de cerámica’, promotora del expediente que ha llegado a la Unesco y al que se ha sumado México, que comparte con los dos centros alfareros toledanos una misma tradición ceramista a la que reconocen con el nombre precisamente de ‘talaveras’. 

Para empezar, sitúa los procesos artesanales de elaboración de estas cerámicas en un selecto club con el máximo reconocimiento cultural, que está llamado a impulsar un sector quizás económicamente modesto, pero que actúa de refuerzo de la identidad de los municipios productores. La Unesco reconoce que la cerámica de Talavera y Puente, así como la que ésta ha inspirado al otro lado del Atlántico, se elabora hoy con los mismos patrones que en el siglo XVI, siguiendo una tradición heredada de generación en generación.

Que esa herencia perviva es el otro gran logro que debe conseguirse con la inscripción de esta cerámica en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. A partir de ahora, todos los agentes implicados tendrán que definir las estrategias que garanticen la continuidad de estos procesos artesanales y la existencia de un relevo que recoja el testigo de la actual generación de artesanos, cuyo trabajo se ha caracterizado por unos elevados estándares de calidad.

El trabajo de los alfares de Talavera de la Reina y Puente del Arzobispo, en cuya valía ha creído la asociación ‘Tierras de cerámica’ y el apoyo y colaboración de las instituciones a todos los niveles han hecho posible el reconocimiento recién conseguido. Ahora llega el momento de trabajar para el futuro y de conseguir, además, volver a estrechar los lazos que históricamente ligaron a Talavera con México. Y de seguir haciéndolo, como para llegar al reconocimiento de la Unesco, de forma coordinada y compartida.