Pilar Gómez

MIS RAZONES

Pilar Gómez


La semana negra de Sánchez

16/05/2022

Abucheos y reproches a su llegada a la Feria del Vino de Ciudad Real, una cita imprescindible del sector al que Sánchez acudió para complacer a García Page, uno de los barones más sólidos del poder socialista. El presidente del Gobierno apenas puede poner un pie en la calle porque gente espontánea, anónima o, sencillamente, ciudadanos muy enojados con su labor, rodean sus pasos y le arrojan comentarios muy poco amables. Algo consustancial al cargo y al suelo, pero que Sánchezsoporta difícilmente, de ahí que cada vez se muestre más remiso a poner el pie en la calle, barómetro insustituible del bajo índice de su popularidad.
Esta ha sido una de las semanas más complicadas para el inquilino de la Moncloa. Ha tenido que decapitar la cúpula del CNI en un movimiento inaceptable puesto que es sabido y reconocido que se trató de dar respuesta a las exigencias de los independentistas catalanes, que incluso reclamaron el cese de la titular de Defensa. Los separatistas catalanes forzaron la máquina de sus ficticias ofensas tan sólo para tender un manto muy opaco sobre los vínculos de Carles Puigdemont con el aparato del Kremlin, que algo tuvo que ver en los episodios que rodearon al golpe al Estado del año 17. Todo un enredo envuelto en un engaño que Sánchez, en su estilo, zanjó con la defenestración de la honrada funcionaria que dirigía los servicios decretos del Estado.
Un episodio vergonzante del que difícilmente saldrá bien parado este Gobierno, atravesado además por las disputas internas. Bolaños contra Robles, al hilo de estas escuchas o espionajes de móviles. Luego, Nadia Calviño contra Yolanda Díaz al hilo del encaje laboral de los trastornos de la menstruación. Podemos, por su parte, se diluye entre aspavientos muy ostensible por parte de su líder máximo, supuestamente retirado, Pablo Iglesias mientras las urnas andaluzas prevén ya un topetazo de la izquierda sin precedentes en la comunidad más socialista de la Nación.
Se le amontonan los problemas a Sánchez, que, sin embargo, logra salir airoso en sus compromisos parlamentarios, como ha ocurrido hace unos días durante el trámite de la Ley de Seguridad. Si ERC no presta votos, corre la derecha en pleno a sacarle del atolladero. Un resultado, sin embargo, que no oculta ni disimula la debilidad de un Ejecutivo que tiene que recurrir a la 'geometría variable' de las mayorías, un fatigoso ejercicio que desgasta enormemente a un Gobierno renqueante. Los meses que faltan hasta la celebración de las próximas elecciones generales se le harán muy largos al equipo de Sánchez que quizás tenga que volver a cortar cabezas después de la cita de las andaluzas. Un horizonte erizado de incertidumbres en un entorno de crisis económica creciente. Decididamente, el líder socialista tiene complicado poner un pie en la calle.