Nueva polémica ante el cambio del Supremo que acepta el recurso de PP, Ciudadanos y Vox contra el indulto del gobierno a los independentistas catalanes condenados por sedición. Que acepte el recurso no significa que el alto tribunal sea contrario al indulto, sino que analizará los argumentos del recurso. Pero la ministra portavoz se ha apresurado a defender el indulto, insistiendo en su "utilidad" para apaciguar a la sociedad catalana. Y, de paso, no lo dijo Isabel Rodríguez pero es obvio, apaciguar las relaciones entre Moncloa y la Generalitat.
La palabra "utilidad" es especialmente hiriente cuando se intenta vincularla con la preocupación del gobierno por la tensión social que se vive en Cataluña, cuando cualquiera que conozca mínimamente la política española sabe que el indulto solo es útil para Pedro Sánchez. Indulta para garantizarse el apoyo parlamentario de los independentidstas, como le es útil indultar ahora a la presidenta de la asociación pro infancia cercana a Podemos, condenada por secuestrar a su hijo después de emprender una falsa campaña contra su padre. Como le es útil al gobierno que el ministerio de Interior retrasara el proceso que permitiría al Rey a presidir el acto de homenaje a los guardias civiles que lucharon durante años contra ETA. A Bildu y a Podemos, con seguridad, les ha encantado la noticia de que la Guardia Civil no se iba a dar el gusto de que el Rey presidiera un acto de agradecimiento a su papel en la lucha contra una banda que asoló España durante cuarenta años.
Los intentos del gobierno por provocar una polémica sobre cómo el cambio en la Sala del Supremo ha provocado el cambio también en la posición inicial, con insinuaciones sobre la ideología de la nueva magistrada, no cuelan. O no deberían colar. La utilidad es una de las causas que justifican un insulto, pero es palabra que tendría que recoger el informe judicial, en boca de un miembro del gobierno tiene una connotación muy distinta. El gobierno al que pertenece Rodríguez, el gobierno de Sánchez, es experto en tomar decisiones útiles para mantenerse en el poder, solo para eso.
Ha hecho todo lo que ha estado en su mano para desprestigiar a las instituciones y ha accedido a todos los chantajes que le han presentado los partidos que arremeten contra la Constitución. El último, el del PSC votando una ley sobre enseñanza del catalán que no varía sustancialmente la que estaba vigente porque no anula el aprendizaje del castellano aunque permite a los centros aplicar a conveniencia el 25 por ciento obligatorio, un paso importante para los abolicionistas de lo español. Pero el supuesto cambio ha servido para que el independentismo haya hecho una muesca más en la culata de su revolver.
Visto lo visto ya sabemos lo que nos espera de aquí a las próximas generales: cesiones a los partidos más peligrosos … que se presentarán como iniciativas "útiles".