Reconozco que aún siento mariposas en el estómago cuando la noche mágica de Reyes se adivina a unas cuantas horas de distancia. Me niego a crecer, como Peter Pan, y aún espero que mañana amanezca en mi comedor el deseado madelman infantería de marina, el saloon del Exin West o el ford scort crossworth para el scalextric RC 28. Quizá sea la nostalgia de un tiempo más sencillo en el que nuestra mochila tenía pocos problemas y muchos sueños.
Queridos reyes, el gris blancuzco corona mi rala cabellera signo evidente de lo mucho que he vivido y ahora mis prioridades son otras. No quiero decirles con esto que no tengo el corazón de un niño, al revés, pero contemplo su anual visita como una magnífica oportunidad para pedirles todo aquello que no está en mi mano conseguir.
Les pediría que se articulasen las medidas oportunas para conseguir que Cuenca transmitiese la idea de ser una ciudad limpia y cuidada. El estado del firme de buena parte de las calles contagia cierta sensación de desidia a la hora de presentarnos como lo que somos, la ciudad más hermosa del mundo. Me gustaría que los desperfectos se arreglasen con la mayor rapidez posible para no tener que sufrir la proliferación de vallas, conos y huecos a los que, tristemente, estamos acostumbrados. Y, sobre todo, me gustaría que la ciudad estuviese tan limpia que pudiese optar a una escoba de oro, premio singular donde los haya.
Creo que sería una magnífica noticia si, por parte de quien corresponda, se pidiese y valorase la opinión de una herramienta tan potente y valiosa como la RACAL. Todos sus miembros destacan por una pasión conjunta: hacer todo el bien posible para la ciudad de una manera objetiva.
Ya sé que empieza a ser mucho pero les pediría que, al finalizar el año, todos estuviésemos orgullos de nuestra capitalidad gastronómica tanto por lo desarrollado como por el poso que deja para lugareños y turistas de cara a años próximos, vamos, que esto no sea flor de un año. Y me gustaría mucho, muchísimo, que se pudiese volver unos meses atrás y revertir la triste noticia de la desaparición del tren. Aunque en esto no deposito mucha confianza. Ya puestos...¿podemos revisar los horarios del AVE (sobre todo los de regreso de Madrid)?
Ah, que se me olvida ¿Tendremos en 2023 un acceso digno, rápido y seguro al Casco? Espero que harán todo lo que esté en su mano, Majestades, para que así sea. Quizá sea un aliciente para aumentar población, ¿no?
Seguro que el año próximo se encontrarán una ciudad mucho más alegre y confiada si nos dejan varios proyectos del volumen de Toro Verde o vemos la inauguración y puesta en marcha al cien por cien (que no es lo mismo) del nuevo Hospital.
Y, por último, en unos meses tendremos elecciones ¿Pueden hacer lo que sea para que la ciudadanía no tenga que ver durante semanas las farolas adornadas con las fotografías de los diversos candidatos?
En fin, espero haber sido bueno...