Javier Santamarina

LA LÍNEA GRIS

Javier Santamarina


Almas desnudas

14/01/2021

Manejar más información que nunca no nos hace más sabios ni nos acerca más a la verdad. La soberbia intelectual nos hace confundir opiniones personales con obligaciones legales o morales y ver la vida desde una posición maniquea. Quien no está de acuerdo con nosotros es intrínsecamente perverso, ya que todas nuestras ideas están movidas por la bondad, la generosidad y la concordia. Recomiendo el libro La mente de los justos de Jonathan Haidt, es interesante porque obliga al lector a ponerse en la piel del otro.

Muchos politólogos ven en la Paz de Westfalia una nueva forma de diplomacia, otros se apoyan en la Revolución Francesa, alguno más exquisito, en la Ilustración e incluso descubrirás a románticos que notaron un soplo de aire fresco en el Concilio Vaticano II. Todos estos acuerdos provocaron daños desproporcionadamente altos. Prefiero apostar por aquellas decisiones que, alimentadas por la libertad, unieron a colectivos diversos en un proyecto común. Esta peculiaridad la encuentras en la Constitución Norteamericana y en el inicio de la CECA, primer proyecto político europeo que destierra la dinámica nacionalista.

Hasta la fecha, he visto con frialdad y cierta distancia la figura de Donald Trump. He criticado la torpeza y miopía del partido republicano al no saber gestionar su irrupción. El gusto al poder es irresistible y transforma en dóciles a los que deberían decir no. Se engañan los demócratas al haber comenzado una batalla ideológica que han transformado en dogmática, donde ser republicano es sinónimo de ignorancia y maldad. Una democracia sana necesita alternativas que orienten a la sociedad en la dirección correcta en cada momento. No hay una solución temporal única acertada, sino diferentes opciones válidas según las circunstancias o las adversidades.

La sociedad estadounidense lleva polarizada mucho tiempo y hay muchos responsables de ello. Su respeto a la Ley, la propiedad privada, el acatamiento a las instituciones y su amor a la libertad individual son sus señas de identidad. Las imágenes del Capitolio son un fracaso colectivo republicano y demócrata. La política debe comprender al contrario no estimular el odio, sino llega el Caos. La democracia exige el respeto a las minorías y la libertad de conciencia. La izquierda excluye al contrario y los conservadores se han vuelto anarquistas. La pluralidad es sinónimo de diferencia, respeto y el epicentro de una sociedad fuerte, mientras que demasiada gente quiere imponer su agenda política. Otro día hablaremos sobre qué mantenía a Estados Unidos cohesionada.