Ángel Villarino

RATAS DE DOS PATAS

Ángel Villarino


Blancos arrogantes en Qatar

26/11/2022

Hace algunos años estuve en Doha invitado por una organización qatarí de Derechos Humanos y la cosa no salió bien. Nos llevaron para denunciar los problemas provocados por el embargo saudí entre la población y algunos participantes (pocos, todo hay que decirlo) nos negamos a firmar ningún documento que no tuviese en cuenta la situación de los inmigrantes, que en el caso de Qatar son más del 90 por ciento de la población. No soy, pues, sospechoso de simpatizar con el régimen. Y ni siquiera creo que pueda volver a pisar el país si no hay un cambio de gobierno.
Pero lo que estoy viendo estos días por televisión no está siendo un espectáculo agradable. La FIFA ha aceptado celebrarlo allí y allí están las principales federaciones con sus respectivos equipos. Se televisan los partidos, retransmiten los enviados especiales y se aplauden los goles. Entre medias, gotean las críticas -algunas bastante desenfocadas-. La mayoría de las veces no son más que una especie de coletilla al final de cada frase que carece de significado real. «Los derechos de las mujeres, bla bla bla… ¡Gol!»
Qatar ha organizado un Mundial por varios motivos, entre otros porque le interesa ser percibido como un actor de pleno de derecho internacional, un socio fiable para Occidente. Quieren jugar ese juego y las potencias aliadas se lo permiten. Créanme que ni a los qataríes que desconfían de sus dirigentes, ni a los inmigrantes que construyeron los estadios, les gusta demasiado nuestra actitud.
No les caen demasiado bien todas esas personas que se pasean por Doha, o por los platós de televisión, torciendo el gesto y señalando que las mujeres van tapadas o no se puede beber alcohol. La única reacción posible hacia esa actitud tan nuestra, tan occidental, es el enfado y la indignación. Sabemos que vamos a jugar en Qatar hasta el último partido... pero dejando claro, eso sí, que no nos gusta el anfitrión, ni sus costumbres.
Más nos vale mantener el dominio militar, tecnológico y económico durante muchos siglos. Porque tanta hipocresía y tanta arrogancia solo es capaz de sostenerla quien se la puede permitir.