Últimamente se ha anunciado la llegada de distintas empresas a Castilla-La Mancha –instalarse en nuestra región acarrea, como ya saben, inversiones y empleo–. Ejemplo de ello son las firmas de logística que están llegando tanto al Corredor del Henares como al de La Sagra. También recientemente se presentó otra gran inversión, ésta más relacionada con las energías renovables y el hidrógeno verde, como la anunciada en mayo por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de la norteamericana Cummins para instalar su planta de electrolizadores de la mano de Iberdrola.
Qué duda cabe que las facilidades burocráticas y de acceso al suelo para su instalación están ayudando, y mucho. Tanto que Castilla-La Mancha ‘arrebató’ este último proyecto de hidrógeno verde al País Vasco, que también optaba, y con ahínco, a acogerlo. Las ayudas a la inversión o las facilidades financieras han contribuido, pero hay otra cosa que tiene la región que no siempre se ve, pero que sí se trabaja mucho, y es un valor que empieza a pesar de manera contundente en la toma de decisiones: la paz social.
Hace poco se celebró un acto cargado de simbolismo, en la minera localidad de Almadén (Ciudad Real), para constituir eso que Gobierno y agentes sociales llevan practicando desde hace mucho tiempo: el diálogo social; y al que dieron forma y cuerpo institucional en el Consejo Regional del Diálogo Social en Castilla-La Mancha. Para que no sea algo que se haga de vez en cuando, sino para que esté presente en el día a día empresarial, sindical y administrativo de la región.
El presidente del gobierno de Castilla-La Mancha presidió este acto convencido de la «profundidad» de las relaciones que existen desde hace tiempo entre las partes y que han permitido que este diálogo se convierta en «un bien público» del que se puede beneficiar toda la sociedad. La consejera de Economía, Empresas y Empleo fue su impulsora: «lanzamos un mensaje al conjunto de la sociedad de que vamos juntos en materia de recuperación». Paco de la Rosa, de CCOO, dijo que por fin se le ponía «casa» a esta práctica. Para el nuevo secretario general de UGT, Luis Manuel Monforte, permite poner el foco en las personas más vulnerables a la hora de enfrentar la recuperación. «Con la creación del Consejo conseguimos institucionalizar todavía más si cabe y le damos mayor visibilidad al diálogo social que tan bien viene funcionando y tan buenos frutos nos ha dado» valoró el presidente de la Cecam, Ángel Nicolás, quien ensalzó la paz social que genera este diálogo, a pesar de reconocer que las negociaciones no son fáciles en muchas ocasiones.
Pero, si a la hora de sentarse a la mesa se coincide en poner el interés general por encima de las posiciones particulares, no debería ser tan difícil hacer valer los puntos en común frente a las discrepancias. El acuerdo firmado ayer en Moncloa para las pensiones es un ejemplo de ello, porque nos compete a todos. Pero es que la recuperación que tenemos por delante también.
Influyen la financiación, las ayudas a fondo perdido, el suelo, las relaciones... Pero también es la paz social y el diálogo lo que genera confianza y riqueza, porque dan estabilidad. Un valor al alza que debería cotizar en bolsa. Y vienen tiempos en los que conviene seguir hablando, y mucho.