Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


Estabulación perimetral por taifas

05/03/2021

Según parece y a lo que vamos a tener que soportar, nuestros reyezuelos de las taifas, moros y cristianos y el califato monclovita, tras un año de quitarse y echarse el uno a los otros y los otros al uno, los muertos de encima ha llegado a un acuerdo. El de la estabulación perimetral global, pero taifal. O sea que quedamos más o menos desestabulados todos globalmente, pero estabulados perimetralmente por taifas. Más o menos eso es lo que creo que nos van a poner. Y por lo que muestran todos su contento, al califato monclovita porque se atribuye el edicto general y las taifas autonómicas porque marcan y remarcan sus fronteras y con ello su papel de reyezuelos territoriales. Así que encantados todos.
Ellos desde luego sí. Los demás un algo menos y un mucho más cansados, aunque, sin embargo, también no sé si resignado o comprensivo o hasta esperanzados incluso de que esta reclusión perimetral dé lugar sea preludio de por fin alguna liberación. Pero ella, dejémosnos de gaitas sólo tiene un camino, el de la vacunación masiva. Y ahí seguimos en modo tortuga. Han pasado ya dos meses, desde que se clamoreó que ya estaban aquí y apenas si hemos pasado el 5% del total de la población.
No tengo personalmente muy claro si la estabulación perimetral autonómica supone mejoría contrastada. Incluso puedo pensar que sí, aunque también está produciendo ya efectos secundarios terriblemente nocivos y que se resumen en la percepción generalizada y convertida a base de soflamas de cada uno de los reyes de los taifas, es que los infectadores son los de la taifa vecina. Los otros, los extranjeros vamos. Sobre todo, si esa y ellos son de Madrid, señalados ya como los apestadores nacionales por excelencia. Y eso cada vez me gusta menos. Vamos que ná de ná. Es un clavo más en el ataúd del sentimiento de patria común al que la miseria del poder aldeano no deja pasar oportunidad de darle un martillazo tras otro. Pero les da réditos, es un bajo instinto ese muy fácil de excitar, y más menos todos y de todos los colores se entregan a la tarea con singular devoción.
Así que ya lo saben queridos compañeros de rebaño. Cada oveja a su aprisco y cada hato con su pastor. Y como gran asunto a discutir entre las ovejas blanca y las negras y dependiendo en cuál de los 17 se está peor o mejor. Que con certeza para las unas y las otras es buenísimo el de las blancas y malísimos los de las negras si es blanco el caporal y es genial el de las negras y un horror el de las blancas si lleva un negro la cayada.  En suma, que hasta en lo de enfermar, sanar o morirse también cuenta el color. Vamos que para el sectarismo imperante en la sociedad y la opinión española el virus hace también distinción entre izquierdas y derechas. Pero eso ya lo tenemos asumido. Ahora hay que añadir también en si se está a un lado u otro de una raya imaginaria que se trazó por aquí allá por finales de los 70 con el cuento de que iba a ser mucho mejor. Y sí, lo ha sido. Los políticos han multiplicado por 17 sus poltronas, cargos, enchufes y colocados. ¡Como para quitarles el juguete! En todo caso, y en cuanto puedan, lo multiplicarán por dos. Por algún lado en ello están ya.

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