Enrique Belda

LOS POLÍTICOS SOMOS NOSOTROS

Enrique Belda


Lo único cierto de la gestión del Covid-19 en España

21/04/2020

Lo único cierto de la gestión de la pandemia en España es que necesitan que nos pongamos enfermos poco a poco para no colapsar el sistema sanitario. Por eso, y solo por eso cumplimos el confinamiento. Es una buena razón y no hay otra, y al menos yo colaboro por ese único motivo. Todo lo demás de la guerra de cifras (ojo, no hace falta acudir a la prensa libre para ver esta pugna, me refiero solo a los diferentes números y consejos del gobierno mismo a cada hora), los mensajes de salud irrisorios o contradictorios, la insostenibilidad de aislamientos parciales y quebrantables según la apariencia de la nevera o la despensa; es todo ello el envoltorio para no decirle a la gente lo que algunos, al menos yo hubieran dicho desde el minuto uno en que hubo que gestionar la crisis: No tenemos ni p. idea de qué hacer ante un hecho desconocido como este.
Con una sociedad acostumbrada a la responsabilidad y la verdad, cosa que no está generalizada en España, y con una clase política que nos tratara como adultos, cosa que tampoco, el día 7 de enero a la vuelta de la Navidad un buen presidente del Gobierno tendría que haber confesado que todo esto podía pasar remotamente, y por primera vez reconocer que no tiene porqué saber cómo reaccionar si la OMS y la ciencia médica estaban todavía analizando el asunto.
En las siguientes semanas, tendría que haber mirado a otros países para ver qué equipo necesitaríamos, y decidir pedirlo o no, pero contarlo a la gente para hacerla corresponsable. Y ya a finales de febrero, haber confesado que había que elegir entre nuestra economía o la salud.
¿Por qué se produce la negación del problema y hasta la negligencia, de los ocho primeros días de marzo? ¿Es que acaso son una panda de desalmados que querían el caos para quitar las libertades e implantar un sistema bolivariano como dicen las fakes de los más ultras?
Obviamente no: el problema es de mayor calado y se basa en la toma de decisiones políticas por gente que, por regla general, ha llegado al cargo sin saber de los temas que tiene encomendados como ministro/a, y deciden de tres formas concurrentes: una, según las ordenes de alguien como el presidente, que tampoco sabe de nada en concreto pues no ha trabajado nunca fuera de la política (consecuencia: gestiona solo pensando en los votos), dos, atendiendo a los recursos disponibles (las mascarillas y los test solo serán recomendables si podemos traerlos, en caso contrario, decid a la gente que no son tan necesarios), y tres, la más peligrosa: pregunta a ‘expertos’ científicos diversos, pero quédate con la opinión que más convenga a las dos formas concurrentes anteriores (se atiende al criterio de un licenciado en medicina ‘amigo’, al mismo nivel de los investigadores del CSIC). Sí: la sanidad es buena pero la gestión de compra es de los políticos, y los políticos dependen luego de nuestras opiniones. ¿Seremos responsables, a partir de ahora, para apoyar al que nos dice la verdad? Hasta hoy jamás ha sido así y un porcentaje elevadísimo de los electores da por sentado que el político le mentirá.
Obviamente el político miente impunemente, o como poco tergiversa y exagera. No ocurrirá cuando votemos al que diga la cruda verdad.