Francisco Javier Martínez

CARTA DEL DIRECTOR

Francisco Javier Martínez


Cuenca vuelve a situarse en el mapa

23/04/2021

Después de décadas de ostracismo en el panorama nacional, la ciudad de Cuenca y, por consiguiente su provincia, vuelven a ser el foco de atención y todo porque el Centro de Estudios Penitenciarios se ubicará en la ciudad de las Casas Colgadas. Así lo anunció ayer el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, en la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados. Un rayo de esperanza se abre para la provincia, ya que esta instalación traerá hasta esta tierra empleo y riqueza que venga a paliar las deficiencias que existen en esta punta de lanza de la España vaciada -vaciada por el olvido al que condenaron a las provincias de interior los sucesivos gobiernos centrales, más preocupados por satisfacer los intereses de las mal denominadas regiones históricas, País Vasco y Cataluña, por simples intereses electoralistas, que por vertebrar realmente el territorio nacional de forma homogénea-. Hoy también se abre un rayo de esperanza para esas provincias que fueron declaradas ayer mismo zonas poco pobladas -incluida Cuenca- por la Unión Europea, lo que les abre las puertas para recibir fondos extraordinarios con los que paliar el déficit de servicios que soportan sus habitantes.
Era de justicia que Cuenca fuera designada sede del Centro de Estudios Penitenciarios y todo fue más fácil por la alineación de las instituciones involucradas, desde el Ayuntamiento hasta el Gobierno, pasando por la Diputación y la junta de Comunidades. Todas están gobernadas por el PSOE y, al César lo que es del César, sus representantes hicieron bien su trabajo y trajeron hasta la capital conquense una infraestructura que es algo más que un proyecto, es una realidad que viene a dar un impulso a la sociedad, pero sobre todo a la economía conquense.
Con este anuncio de Instituciones Penitenciarias, Cuenca puede mirar al futuro con un marcado optimismo. Ya no es una provincia de paso entre Madrid y Levante, ahora es algo más que un destino turístico golpeado por la pandemia, es una referencia nacional y por la capital tendrán que pasar una cantidad ingente de funcionarios para formarse todos los años. Tenemos la experiencia del cambio que puede experimentar la ciudad en Ávila o en Baeza. En la primera, con características muy similares a Cuenca, la Escuela Nacional de Policía otorga a la ciudad amurallada una fuente de ingresos muy importante por dos vías: a través del consumo que realizan los alumnos en los establecimientos abulenses, y por los centenares de empleos creados. En la segunda, la localidad jienense se convirtió en una referencia nacional con la Academia de la Guardia Civil. 
En definitiva, el día de ayer debe pasar a la historia local como la primera piedra de un edificio de recuperación para Cuenca, como el inicio de un cambio de ciclo que lleve a esta tierra hacia un resurgimiento necesario para que en vez de exportar talento a las grandes ciudades -Madrid y Valencia, principalmente-, ese talento pueda quedarse porque hay oportunidades de desarrollo reales y no una decadencia que nos llevaría a la desaparición funcional.