Este jueves fue el primer día de cole para los más de 400.000 niños y niñas de la comunidad, que recorrían las calles de pueblos y ciudades nerviosos e impacientes arrastrando sus pesadas carteras. También para los más de 33.000 docentes. Los corrillos se formaban en las aceras, en grupos a la entrada de los centros, risas, conversaciones animadas, recuerdos del verano, ponerse al día… Un acontecimiento que se repetía casi de las misma forma pero en otro escenario bien distinto. Recogía casi las mismas escenas, las del reencuentro, las de las conversaciones animadas tras una larga ausencia, los amigos del mismo ‘grupo’ que se vuelven a ver pero con la cordialidad del saludo a los compañeros de pupitre, aunque no pertenezcan al mismo ‘grupo’. Sí, también era el primer día del curso político en las Cortes de Castilla-La Mancha, donde PSOE, PP y Ciudadanos se volvieron a ver las caras para debatir sobre los mismos temas que llevan alimentando este verano.
Véase el trasvase del Tajo al Segura, los efectos del temporal y las lluvias torrenciales en determinados puntos de la región, o el debate sobre los impuestos, que vuelve a usarse como elemento de disputa entre la confusión de si bajar impuestos es justo o la armonización fiscal es mayor carga impositiva para el ciudadano.
Pero el problema de fondo en la economía de las comunidades está también en el modelo de financiación autonómica. En cómo el Estado financia los recursos y los servicios de las regiones, y si éstas pueden con ese modelo hacer frente a los retos que tienen a diario. El presidente de Castilla-La Mancha ya ha dado el primer paso con la intención de abanderar una postura común para solicitar una financiación que tenga en cuenta criterios demográficos, geográficos, de despoblación y de envejecimiento. Es decir, que se tenga como base el coste de los servicios, que nunca serán los mismos que en una gran ciudad. Este miércoles anunciaba que iniciará contactos con otras comunidades autónomas, tanto de PP como de PSOE, –contactos que por otro lado ya viene manteniendo con Castilla y León o Aragón–, para «sumar» esfuerzos de cara a la próxima reforma del sistema de financiación, toda vez que Valencia y Andalucía van a reclamar «legítimamente», subrayó Emiliano García-Page, que la financiación siga atendiendo al volumen de población. A una financiación per capita.
El debate sobre la financiación lleva aparcado mucho tiempo. Las prioridades han sido otras, es cierto. La crisis de 2008 y la pandemia han hecho que su reforma quede aparcada. Pero también estas crisis han puesto de manifiesto las dificultades que las comunidades peor tratadas en el modelo de financiación han tenido para hacer frente a estas necesidades, sobre todo en la lucha contra el Covid. Ahora, con la pandemia prácticamente controlada y la recuperación rodando ya por la pista de despegue, es momento de volver a poner sobre la mesa la necesidad de un modelo de financiación justa que garantice la igualdad de los ciudadanos, vivan en el territorio que vivan.