Miguel Romero

Miguel Romero


La Virgen de la Luz ambientó las playas

09/06/2021

Es curioso contemplar la escena. Se ha vuelto a repetir después de una dura pandemia y las playas levantinas se han llenado de conquenses para recrear su espíritu, nunca mejor dicho, y levantar su estado de ánimo, dañado durante todo un año y medio a causa de la Covid 19. Y lo han hecho en el "famoso" puente de la Virgen de la Luz, en esos días que despiden el mes de mayo y bendicen el mes de junio.

Miles de conquenses prepararon su material de baño y decidieron marchar para otros lares, Cullera, Gandía, Denia, Altea, Benidorm, etc., dejando a Nuestra Señora de la Luz casi sola, en su iglesia barroca donde se cobija y bendice la ciudad. Y alguien se podría preguntar desde cuándo es Patrona esta imagen señera, llena de misticismo, protectora de molineros, olleros, vinateros, comerciantes y arrieros.

Y para ello tendrían que hacer un breve recorrido en la historia de Cuenca y llegar a ese siglo XVIII, momento clave en el que la Virgen de la Luz como patronazgo suplirá a la Virgen de la Puente, la que durante siglos bendijo el barrio de San Antón, sin olvidar que su pequeña ermita cohabitó al lado de la iglesia y hospital de Antoneros (vulgo de San Antón Abad) mientras el patrón Obispo San Julián ocupaba su predio catedralicio en el casco antiguo de la ciudad.

Los conquenses adoran a su Virgen, la visitan asíduamente en el trono que Aldehuela trazara y entre baldaquinos, ángeles, santos y relicarios, le rezan para que nos traiga "buenas nuevas", erradique pestes o pandemias y haga de esta ciudad, refugio de progreso y cultura. Allí, en esa maravillosa iglesia, bajo la cúpula donde San Antón y la Virgen se representan, ahora, es parroquia de Semana Santa, por eso, la Soledad del Puente, el Nazareno del Puente, el Ecce Homo, la Caña, El Huerto, El Cristo de las Misericordias, el Amarrao y la Virgen de las Angustias ocupan espacio solemne.

Así se dice: "En otro documento que narra el acuerdo del 21 de junio de 1749, por las enfermedades que padecía Cuenca se determinó hacer prerrogativas pidiendo a Dios que aplacasen por la intersección de Nuestra Señora de la Luz, Vulgo del Puente. "Salió la procesión general cantando la letanía, desde la ermita de la Santa Imagen acompañada del Cabildo de Curas y Beneficiados, Cabildo de sacerdotes de Santa Catalina, Comunidades religiosas, Cabildos sacramentales y Gremios hasta la Santa Iglesia Catedral donde les recibió el Cabildo de la misma con luces encendidas, incorporándose a la procesión después del Cabildo de Curas y en la capilla del Sagrario se colocó en una mesa; allí la música cantó un motete y salió a despedirla el Cabildo hasta la puerta de la parte de arriba, donde se quedó, continuando la procesión hasta el convento de monjas Carmelitas Descalzas y de allí bajó a la parroquia de Santo Domingo, donde quedó para hacerle el novenario".