Javier Ruiz

LA FORTUNA CON SESO

Javier Ruiz


Pedro en Janssen

29/04/2021

Pedro Sánchez visitó ayer en Toledo la fábrica que Janssen tiene en el Polígono de Santa María de Benquerencia para interesarse por la farmacéutica americana y su nueva vacuna. Dijo que era el momento de la unidad y la esperanza, que viene de espera. Y eso parece que ha dicho Janssen esta semana al Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas, que habrá que esperar algo más para la entrega prevista de dosis. Es la que inmuniza de una sola vez, a pinchazo único, por lo que los olímpicos españoles es la que han elegido para ir a Tokyo. Sánchez vino, vio y venció. Estuvo una hora y se fue. Saludó como el caballero de la mano en el pecho, soltó cuatro obviedades y marchó de nuevo a Madrid, donde le aguardan sus asuntos. Aquí le cumplimentaron todas las autoridades, como debe ser por otra parte. Aunque uno recordaba aquel viejo aforismo de Guerra que decía aquello de que el que se mueve no sale en la foto. Aquí, el que se mueve no se vacuna. Pedro guarda todavía su aura a la espera de lo que pase el martes en Madrid.
La primera vez que escuché lo de Janssen, pensaba que se trataría de una marca de champú. En ese caso, Pedro es más de Lady Grecian, como ya demostró en uno de los últimos debates electorales, cuando se tiñó el pelo después de verse horrible en uno de ellos, con el tupé encanecido. Mis amigas siguen diciendo que Pedro está cañón, aunque creo que la frente se le arruga y la nieve comienza a cubrir sus sienes. Una pandemia no pasa en balde, aunque la diseñe el mismo Iván Redondo. Dicen que el correo del zar está en horas bajas y todavía no se ha repuesto de lo de Murcia. Las elecciones madrileñas les han pillado con el pie cambiado y no han dado una a derechas. Hay sondeos que predicen incluso un sorpasso de Más Madrid y la Madre Sanitaria de Calcuta. Entre medias, se ha armado la revolución y el escáner de Correos parece la defensa del Madrid. Menos mal que ha dicho Ayuso que en Madrid nadie ve a los ex. El Padre Gabi podrá andar mucho más suelto por la Gran Vía sin miedo de encontrarse a Sánchez.
El ambiente de Madrid es irrespirable y Pedro se ha dado una vuelta por Toledo. Si Janssen no se hubiera retrasado, estoy seguro de que el presidente del Gobierno se habría aparecido con elefantes, pegatinas, caramelos y una cabalgata de gogós. Es lo que hizo con la primera dosis y a lo que nos tiene acostumbrado el pollo. Vino a Toledo porque Palma le pillaba lejos y el callejero es un lío. Mejor no preguntar a los lugareños por la calle, no vaya a ser que lo manden a freír espárragos. Sánchez siempre cumple con las expectativas y es molón para una foto. Mueve el culito con gracia, insisten mis amigas. Y yo lo miro en la tele, lo imito, pero no me sale. Puta envidia.
El presidente del Gobierno tiene Toledo a trasmano para un respiro y vuelven a mandar balas a Zapatero. Aquí se mandan balas como antes se llevaban huevos a las clarisas. Pero, sin embargo, no deja de llover. Los que se han sentado con Bildu y han pactado con ellos hacen bien en poner el grito en el cielo. No es lo mismo el tiro en la nuca que en el sobre. Para sobres, ya están los del PP. Y Ayuso no descansa. Ayer estuvo con Alsina y cada día parece más una maja caída de un cuadro de Goya. Porque yo lo valgo. Al final todo esto va a ser un mal anuncio de champú. Ya no sé si Pedro vino a Toledo a vacunarse o lavarse el pelo. Voy a ver si mi estilista me saca el mismo corte.