«Estoy muy contento, pero a veces siento cierta soledad»

Leo Cortijo
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En un ejercicio de compromiso y responsabilidad, Jorge Sánchez Albendea dio un paso al frente con el fin último de garantizar que la Junta de Cofradías siga por el camino deseado. Así de tajante se muestra tras la nueva designación.

«Estoy muy contento, pero a veces siento cierta soledad»

Con la misma ilusión y ganas de trabajar por conseguir lo mejor para la Semana Santa de Cuenca que siempre, inicia Jorge Sánchez Albendea su cuarto mandato al frente de la Junta de Cofradías. Con eso, y con el objetivo paralelo de encontrar, desde dentro, un relevo continuista que permita la viabilidad de la institución. 

Recién elegido de nuevo, ¿qué sensaciones pasan por su cabeza?

Las primeras sensaciones son de responsabilidad porque sobre tus hombros, otra vez, recae el peso de lo que debe hacerse en la institución. No es un escenario que contemplásemos, pero una vez hecho, lo tengo asumido y hay que ir a por todas. Creía que no iba a llegar este momento, pero una vez aquí, hay que cargar pilas y trabajar tal y como he hecho durante estos 12 años. Seguiré haciendo lo mismo que hacía. Eso sí, trabajaré en otra línea igual de importante que es la búsqueda de la sucesión. La Junta General me lanzó dos mensajes: Por un lado, que la mayoría está contenta con la gestión que se ha hecho, y por otro, que debo de ser yo el que busque el relevo. 

¿Por qué no se presentó nadie? ¿Lo interpreta como un gesto de respaldo a su gestión o como un «ahí te quedas con la patata caliente»?

Evidentemente, las hermandades están cómodas y contentas con la gestión y, por tanto, de momento, no se plantean el sustituirme. Pero por otro lado, he detectado que la gente conoce a la perfección el esfuerzo y la dedicación que esto supone, y valoran lo que estamos haciendo. También te digo que esa es una posición un poco alejada de la realidad, porque las personas que ostentamos la comisión ejecutiva no somos supermanes, queremos a nuestra Semana Santa como otros muchos en Cuenca. Lo que falla es que la gente no se atreve a implicarse hasta el grado que necesita la Junta de Cofradías. Exige una dedicación muy grande, cierto, pero si lo hemos hecho los que estamos, lo puede hacer cualquier otro. 

¿Le ha desilusionado la poca implicación de la comunidad nazarena?

Creo que la desilusión la hemos tenido todos. Que durante el mes que ha durado el proceso electoral no solo no haya habido ninguna candidatura, sino que además no haya habido nadie que haya mostrado cierta inquietud, de verdad, es preocupante. La comunidad nazarena es inteligente y tiene que ver el problema que estamos generando, porque en algunas hermandades ya ocurre, pero es que en la JdC el problema es de todos, y espero que todos estén tomando cartas en el asunto.

Después de tantos años, ¿cómo se recargan las pilas de la ilusión y no se cae en el conformismo?

Para mí es fácil por el amor que le tengo a la Semana Santa. Eso es lo que me va a permitir seguir trabajando como lo he hecho durante estos 12 años. E, insisto, trabajando en la línea de encontrar un relevo. Esto es algo que creo que no me debe corresponder, porque esto no es mío, es de todos los nazarenos; por eso esa tarea debería ser de la Junta General y de las directivas de las hermandades. Creo que es una responsabilidad de todos, pero parece ser que es una labor que me toca hacer a mí. Estoy muy contento por el respaldo a mi gestión, de corazón, pero a veces siento cierta soledad.

Algunos dirán, por puro desconocimiento, que está pegado al sillón. Nada más lejos de la realidad, ¿no?

Así es. Yo tenía claro que era el momento de dejarlo, ya no ahora, sino hace cuatro años. Yo reformé el estatuto para que el presidente estuviera un periodo máximo de ocho años, y he sido yo el que, por segunda ocasión, ha tenido que acudir a una dispensa del señor obispo para plantearle la situación que había... 

Complete la frase: Este paso al frente es un ejercicio de compromiso y responsabilidad porque...

Porque si no la Semana Santa quedaría descabezada. Había dos soluciones. Una, cerrar la puerta en la Junta General y a ver cómo elegíamos lo que nadie quería; y dos, dar este paso al frente. La imagen que estábamos transmitiendo es mala, y lo creo de corazón porque mucha gente me lo ha dicho. Ante esto, solo me quedaba un ejercicio de responsabilidad para no seguir transmitiendo este vacío de implicación. 

Honestamente, ¿cree que será fácil encontrar ese relevo continuista?

Hombre, fácil no va a ser, la verdad, pero sé que lo voy a hacer y espero conseguirlo. De plazos no voy a hablar más, porque en todos me equivoco (risas), pero ese es el mandato que me llevé de la Junta General. Voy a trabajar por encontrar seis personas implicadas y que estén dispuestas a dar el paso. Será un relevo continuista porque las voy a cuidar, a mimar y a enseñar todo lo que sé. Haré lo posible porque quieran a la Semana Santa y a la Junta de Cofradías olvidándose de esos sentimientos excluyentes de hermandad. 

Tiene que buscar el relevo usted porque si no, en cuatro años, tendríamos el mismo panorama, ¿no cree?

Efectivamente. Es que si no estaría como Bill Murray en la película Atrapado en el tiempo... (risas). Insisto en que no es obligación mía buscar el relevo, aunque sea algo que me he echado a mis espaldas. Es responsabilidad de los cargos directivos de las hermandades y de la Junta General.

Hay cierta renovación con la entrada en la comisión ejecutiva de Pablo Muñoz y Sara Robles, eso sí...

Hay que agradecerles un montón, visto lo visto, que se pongan a este lado de la mesa y empiecen a trabajar en favor de todos. Creo que es digno de alabar. Estoy muy contento y el haberlos elegido a ellos no ha sido al azar, sino buscando ese relevo que de momento ha empezado con ellos dos. En los próximos años espero seguir introduciendo gente en la comisión ejecutiva que dé ese perfil para completar el grupo de seis que continúe con la labor. Agradecido a ellos y, cómo no, a María y José Javier, que han estado trabajando estos años.