Castro prevé un verano «caluroso y con escasas lluvias»

C.M
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La delegada de la Aemet en Castilla-La Mancha apreció que debido a las lluvias registradas en los últimos meses «se espera un retraso en la llegada de incendios porque se conserva la humedad»

Castro prevé un verano «caluroso y con escasas lluvias» - Foto: VÁ­ctor Ballesteros

En los «próximos días» llegará «el verano de verdad, caluroso y con escasas precipitaciones». La delegada de la Aemet en Castilla-La Mancha analizó los registros de esta primavera adelantando que es posible que, a partir de ahora, pueda llover menos de lo normal. Eso, dicho de paso, una vez que Paloma Castro apuntara que ya mañana «pasaremos en Toledo de los 34 grados» y que el domingo se superarán los 35 grados, temperaturas que serán similares en las demás provincias.

Temperaturas que se mantendrán «las próximas semanas con anomalías cálidas» y que aluden a condiciones idóneas para los incendios pero que, gracias a las lluvias caídas en los meses anteriores -«ha llovido y ha llovido bien»-, no se producirán de momento. De hecho, la responsable de la Agencia Estatal de Meteorología en Castilla-La Mancha señaló que «se espera un retraso en la llegada de los incendios porque, debido a que como ha llovido tanto, hay más humedad».

Sobre el avance para los meses de julio, agosto y septiembre, Paloma Castro explicó que las anomalías serán cálidas en el sur y en el centro del país y que serán «algo más cálidas en el sur de la región».  

«Ha llovido y ha llovido bien». En cuanto a la primavera en la región, apreció que «ha sido muy cálida en general», con temperaturas alrededor de 1,5 grados por encima de la media de esta estación para el período de referencia 1981-2010, siendo este mes de mayo «el cuarto más cálido tras 2017, 2015 y 2006». Indicó, en este sentido, que este periodo ha sido «extremadamente cálido en Molina de Aragón».

En cuanto a las precipitaciones, destacó Castro que esta primavera ha sido «muy húmeda, con abundantes precipitaciones entre los meses de marzo y mayo».

 En Castilla La Mancha se ha llegado a valores «superiores a los 175 a 200%» y la precipitación acumulada en las cuencas «ha superado también los valores normales por encima del 100% llegando en la cuenca del tajo al 110%». En todas las provincias hasta el 15 de junio, aunque menos en Albacete, donde dejó de llover antes.

La zona del Alto Tajo ha sido beneficiada por las lluvias en esta primavera con valores muy altos en Molina de Aragón superados incluso por los valores registrados en San Pablo de los Montes en Toledo, con lo que toda la cuenca se ha beneficiado.

Por meses, marzo fue «normal», abril fue «cálido en general, muy cálido en Toledo», y mayo «ha sido muy cálido» en toda la comunidad, con anomalías de temperatura próximas a los 3 grados en Toledo, Ciudad Real y Cuenca. Los días 11 y 12 de marzo se alcanzaron temperaturas máximas superiores a los 25 grados en varios puntos, en concreto, el día 11 se llegó a los 25,8 grados en Guadalajara, los 29,8 en Tobarra (Albacete) y los 28,5 en Ossa de Montiel (Albacete).

Además, el día 12 se alcanzaron los 27,3 grados en Toledo, los 28,5 en Tembleque (Toledo), los 28,4 en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), los 28,8 en Tomelloso (Ciudad Real), los 26,4 en Cuenca y los 27,2 en San Clemente (Cuenca).

De esta forma, Castilla-La Mancha ha registrado una anomalía positiva de temperatura en todas las provincias y de más de dos grados en Molina de Aragón, que esta primavera ha batido todos los récords.

 

«Ha habido menos emisión de CO2 y menos contaminación en la atmósfera»

Las medidas de confinamiento llamadas a evitar la propagación de la Covid-19 han propiciado la restricción de la aviación y la reducción del uso de los vehículos, asuntos relacionados con la evidente reducción de combustibles fósiles, lo que ha reducido la emisión de CO2 y, por tanto, «la disminución de la contaminación» de una forma «transitoria». En este punto, Paloma Castro aseveró que aunque «esta disminución se comprobará en unos meses porque estos cálculos son muy precisos», lo cierto es que es lógico pensar que «ha entrado menos CO2 por la superficie de la tierra», lo que conlleva «una disminución del efecto invernadero de manera transitoria».

Porque, aseguró la delegada de la Aemet en la región, «estos meses se ha clarificado la atmósfera porque ha disminuido la contaminación».