Algo está cambiando en la forma de veranear de los españoles, o al menos así parece si se tienen en cuenta las últimos estadísticas. Hay quien todavía concibe las vacaciones de verano en las zonas costeras, bajo el sol y tumbado en una hamaca, o refrescándose en cualquiera de los chiringuitos que copan las playas más turísticas. Sin embargo, el turismo de interior se está convirtiendo en una alternativa a la masificación del litoral y el camping ya se ha afianzado como la segunda opción de alojamiento vacacional en España.

Por poner un ejemplo, y con los últimos datos de la Encuesta de Ocupación en Campings del Instituto Nacional de Estadística (INE) de junio, el número de viajeros en este tipo de alojamientos ha crecido en Castilla-La Mancha un 26 por ciento respecto al mismo mes de hace un año. Concretamente, en 2018 se registraron 10.835 turistas por los 13.659 de hace dos meses. 

No obstante, y  a pesar de que el número de visitantes que eligen un camping para pasar unos días de descanso también se ha incrementado en los últimos años, habrá que esperar a conocer los datos de agosto para confirmar la tendencia al alza. Todo apunta,  dado el grado de ocupación que se ha producido en el puente de la Asunción, a que se batirá un récord de viajeros y pernoctaciones de los últimos años. 

«La verdad es que se está notando en este año que se han mejorado las cifras del pasado, pero en los últimos se lleva una tendencia muy positiva», dice el gerente de Camping Caravaning  de Cuenca, Pablo Ramírez, quien afirma que el sector «va a más. Es una muy buena opción para las familias y cada vez está gozando de más popularidad en las vacaciones de verano».

Ramírez confirma que el mes de agosto y la semana del puente festivo «es el núcleo duro de ocupación en el camping» durante el año. No se ha tenido que colgar el cartel de completo, ya que el Caravaning es el camping con mayor superficie de la región y «probablemente uno de los más grandes de España», pero el grado de ocupación es «muy alto y este puente ha sido uno de los mejores de los últimos cinco años». 

procedencia y actividades. Los clientes son madrileños y valencianos principalmente, aunque  también proceden de otras comunidades españolas, caso de Cataluña, Murcia o País Vasco, e incluso de Castilla-La Mancha. Hay conquenses residentes en la capital que han escogido este tipo de alojamiento para pasar unos días de descanso. «Cada vez tenemos más clientes fijos que son conquenses, incluso montan su tienda a principios de junio, cuando dan vacaciones a los niños, y están todo el verano porque las noches aquí son más frescas que en la ciudad», indica el responsable de Caravaning. 

Ramírez justifica el aumento de los turistas que eligen los campings por el buen servicio que se les ofrece. Además de un pequeño supermercado, restaurante, bar, pista deportiva o piscina, los residentes de esta núcleo que se asemeja a una pequeña población cuentan con diferentes actividades programadas.

Asimismo, una empresa de turismo activo se encarga de ofertar sus servicios para que los visitantes puedan disfrutar del entorno natural «que deberíamos cuidar y proteger mucho más porque es una maravilla», expone el gerente del camping conquense. Es decir, los turistas pueden practicar senderismo, piragüismo o barranquismo en espacios naturales próximos. 

«La oferta que se encuentra la gente que viene, familias, parejas o grupos de amigos, es muy amplia», comenta Ramírez, que opina que «sin tener que salir del camping o dentro de su entorno, disfrutan de unas vacaciones muy especiales. Son visitantes que traen su bicicleta y pasean por la zona, y eso es algo que no se puede hacer si vas al hotel de una ciudad».