«Con sacrificio y trabajo veo un crecimiento como torero»

Leo Cortijo
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La temporada de Mario Sotos, que superó la veintena de festejos, siguió una línea «ascendente» en resultados y sensaciones

«Con sacrificio y trabajo veo un crecimiento como torero»

Mario Sotos ya tiene en mente su doctorado. Después de una temporada notable en festejos, con casi una veintena de novilladas a sus espaldas, una posible alternativa espera a la vuelta de la esquina.

Ha sido una temporada fructífera en festejos. Imagino que el balance se acerca más a lo positivo... 

He intervenido en 19 novilladas y dos festivales. Empecé en el festival de Calatayud, rodeado de figuras y cortando un rabo, y terminé en Medina de Pomar cortando cuatro orejas a una novillada de El Risco. Entre tanto, he toreado novilladas bastante duras, como Monteviejo, Prieto de la Cal o Dolores Aguirre en el conocido como el valle del terror y en Las Ventas de Madrid. El balance que hago es positivo. Empecé un poco dubitativo, sobre todo con la espada que fue mi talón de Aquiles, pero luego fui a más y tuve tardes redondas.

¿Un temporada, por tanto, de menos a más en cuanto a sensaciones?

Sí. Es verdad que el número de orejas no es el que a mí me gustaría, pero es cierto que he matado bastantes novilladas duras, que nos es que embistan más o menos, pero las opciones de triunfo no son las mismas. Pero bueno, creo que un torero se tiene que curtir y tiene que torear todo tipo de encastes y yo no le he perdido la cara a las denominadas ‘duras’.

¿Es éste el año en el que más ha evolucionado Mario Sotos?

Sí, sin duda. Es el año en el que más oportunidades he tenido para prepararme en el campo y también en cuanto al número de festejos. Hasta el año pasado había toreado 12 novilladas en mi vida, y solo en éste han sido 19. Aún no soy el Mario Sotos que creo que puedo y debo llegar a ser, pero con sacrificio, humildad y trabajo diario se ve una evolución y un crecimiento como torero.

Cierre los ojos. ¿Cuál es el mejor recuerdo de esta temporada?

El poder cuajar un novillo como lo cuajé en Calatayud, en un festival con grandes figuras del toreo. Luego ha habido toros que he toreado bien, a los que por desgracia he pinchado, y tardes muy difíciles, como la de Madrid, por ejemplo, que han sido pruebas que he superado dando la cara como un profesional.

¿Qué caminos se abren ahora de cara al año que viene?

Mi deseo a corto plazo es hacer el mayor campo posible y prepararme como si fuese a torear 50 festejos, que de la última novillada de 2019 a la primera de 2020 se note una evolución en mí, con más oficio y cuajado. El planteamiento es, si se puede, ir a Madrid a principio de temporada, y tomar la alternativa también por esas fechas. Esto es algo que todavía no está cerrado, pero sí se han avanzado los sitios donde podría ser y creo que en pocas fechas se podrá saber.