Un equipo internacional de astrónomos, en el que también participan investigadores del municipio alemán de Gotinga, presentó en la revista Astronomy & Astrophysics el descubrimiento de tres planetas fuera de nuestro sistema solar, de los cuales uno podría ser habitable. 

El trío de planetas gira alrededor de la estrella GJ 357, localizada en la constelación Hidra a una distancia de 31 años luz de la Tierra, lo cual está relativamente cerca de nosotros. Un año luz es la distancia que la luz recorre en un año. Nuestra galaxia, la Vía Láctea, tiene un diámetro de unos 100.000 años luz. 

La primera observación se hizo en febrero con cámaras del Satélite de Sondeo de Exoplanetas en Tránsito (TESS, por sus siglas en inglés) de la agencia espacial estadounidense NASA. 

Los investigadores descubrieron el exoplaneta GJ 357 b porque, en su órbita, cubre parcialmente la estrella y atenúa su luz. 

"Calificamos al GJ 357 b como tierra caliente", explicó Stefan Dreizler, coautor del proyecto en el Instituto de Astrofísica de la Universidad de Gotinga, Alemania. Y añadió que, según los cálculos realizados, el exoplaneta tiene una temperatura 250 grados Celsius. 

De acuerdo con las informaciones facilitadas por la Universidad de Gotinga, el equipo confirmó inicialmente la existencia del GJ 357 b con la ayuda de instrumentos de medición terrestres y al mismo tiempo descubrió señales adicionales de los exoplanetas GJ 357 c y GJ 357 d. 

Los científicos indicaron que el planeta GJ 357 d, con una temperatura de equilibrio planetario calculada en 53 grados Celsius bajo cero, es desde luego un paraje helador. Sin embargo, se encuentra en el borde exterior de la zona habitable de su estrella, donde recibe aproximadamente la misma cantidad de energía de la estrella que Marte recibe del Sol. 

"Si el planeta tiene una atmósfera densa, lo cual se tendrá que determinar en futuros estudios, esta podría absorber suficiente calor para calentarlo y permitir agua líquida en su superficie", informaron. 

GJ 357 c tiene una masa al menos 3,4 veces mayor a la de la Tierra y una temperatura de equilibrio planetario cercana a los 130 grados Celsius.